En 5 días visitamos el Palacio del Sultán en Yogyakarta, los templos de Borobudur y Prambanan y los volcanes Bromo e Ijen. Este es un pequeño resumen de 5 días loquísimos en la isla más poblada de Indonesia.
Este vestido no tiene nada que ver con lo que vimos en esos días, pero masiado pega mostrar la ropa de fiesta de por allá 🙂
Día 1: Descubriendo el bellísimo batik y el Palacio del Sultán de Yogyakarta
Yogyakarta es una región del centro de Java con un régimen especial: Es gobernada por una monarquía perteneciente a una dinastía que inició en 1755. No entiendo bien como dentro de la República de Indonesia, una parte de la misma puede estar gobernada por un Sultán. Pero bue… así es por allá.
Fuimos caminando al mundialmente famoso palacio del sultán (cuak!), pero en el interín, terminamos charlando con unos locales que nos convencieron de que vayamos a visitar una “escuela de Batik”. Cambiamos nuestros planes sobre el pucho y nos tomamos una bicitaxi… Es sognifica que un tipo nos llevó a fuerza de piernas hasta el sitio en particular. Mientras nosotros nos sentíamos culpables por como se esforzaba y sudaba, el valor estaba contentísimo de tener clientes! Finalmente llegamos, sin muchas espectativas a la “escuela”.
El batik es una técnica de teñido de telas en las que cierta parte de la misma es cubierta con una cera, de tal manera a prevenir el teñido de esa parte. Así, se pueden crear distintos patrones o dibujos con muchos colores, pero para conseguirlo se debe cubrir con cera una y otra vez las partes que no se desean teñir. De más está decir que es un arte de la pesada.
Quedamos impresionadísimos. Esos tipos son unos genios.
Demostración, in situ, de la técnica artesanal. Un trabajo artesanal y detalladisisisisisisisisimo
Recomiendan colgar el batik en sitios donde la luz lo pueda atravesar. O sea, al hacer el marco, no ponerle un fondo, de tal manera a que los colores luzcan y cambien con la luz que tenga detrás (como en la foto)
Queríamos TODO!
En el 2009 esta técnica fue reconocida como una “Obra maestra del patrimonio oral e intagible de la humanidad”(¿?), por supuesto esto llenó de orgullo a todos los indoneses, a tal punto que el día viernes es el día de “usar batik” y lo ves por todos lados. La ropa es bellisima, pero muy cara para un presupuesto mochilerístico. Nos pasamos horas viendo las pinturas y conversando con dos principiantes en la técnica (y también vendedores, claro), pues los “maestros” son súper rock stars que no aparecen por ningún lado. Finalmente, fuimos al $*$& palacio del Sultán.
El palacio data de 1755, es gigantesco y posee una arquitectura única cargada de detalles y símbolos. A pesar de ser impresionante, se siente en el mismo la misma sensación que uno tiene al visitar un edificio público dejado de lado… como si te fueses a la ANNP, en el puerto de Asunción: dejado… sin cariño… una reliquia del pasado que está ahí pero a la que nadie le de bola.
Algunos de los detalles místicos que posee:
- La calle principal de la ciudad, que inicia en el palacio, simboliza la creación del hombre y su camino hacia la adultez (como una calle puede simbolizar eso, no sé!)
- En esa calle hay unas plantas de tamarindo y de cerezas, que simbolizan la transición del hombre de la niñez a la adultez (que carajos?)
- El encuentro de la calle principal con el palacio simboliza el final de la vida humana y el encuentro con el Creador (mencioné que la mente de los sultanes es MUY abierta?)
- Por último, aparentemente hay siete puertas en el palacio (no las vimos o no las contamos, las puertas de los baños cuentan?) que simbolizan los 7 escalones del Cielo (si las puertas son escalones, que simbolizan las ventanas? O los picaportes?)
Después de escribir esto, empiezo a entender un poco más el arte moderno, donde un inodoro lleno de celulares puede simbolizar la insoportable levedad del ser.
Las únicas personas que vimos en el palacio, además de los turistas eran una especie de “guardias de poca monta”. En serio. Cualquier barra brava de Luque, acorralado y nervioso después de un partido de Libertadores, les haría mierda a unos 5 de esos guardias. O sea… no quiero ser mbore. Bueno, si quiero ser un poco mbore. Pero eran unos señores, todos mayores de 60, con cuerpos de planilleros que llevaban un cuchillito en la espalda. Apuesto 5 a 1 por un barra brava falopeado sin dudar.
Foto con el feroz guardia
Techo del Palacio que seguro simboliza el nacimiento de la receta del arroz hervido
Los feroces guardias descansando (?). Se puede ver el machetillo en la cintura del guardia del centro y el de la derecha
Por último visitamos los “baños del sultán” que habrán sido LO MÁXIMO hace un par de cientos de años. Evidentemente el presupuesto de mantenimiento y restauración es utilizado en mantener a los zánganos de los guardias del palacio, por que anchinyaranga esos baños.
Templo de Agua. Mezcla de asombro y melancolía: Melansombro
Este vendría a ser uno de los sultanes de Yogyakarta. Nunca entendí muy bien el tema de las medallas… o sea… bueno en las olimpiadas o a la soldados que hicieron X o Y hazaña de combate bueno, pero a un tipo que está sentado ahí con sus zánganos, digo guardias… No le cacho. Cuento 20 medallas en el torso del sultán
Entre el palacio y los batiks… me quedo con los batiks. Querría ir ahora mismo a perderme entre esos dibujos y esas ropas y ver a esos chicos pintando con cera e intentar regatear 2000 cuadros y 400 camisas para regalar algo a todo el mundo…
Día 2: Dimos 9 vueltas en Borobudur y abrimos los ojos como platos en los 1.000 templos de Prambanan
Tomamos un tour para ver el amanecer desde una colina y poder ver como el sol derrama su luz sobre el templo de Borobudur. Nos despertamos como a las 3:15 y estábamos listos en la colina a las 5:00 para apreciar “La Vista”. Resultó que “La Vista” se trataba de un montón de nubes que tapaban todo! No vimos un carajo y decidimos sacar unas fotos a unas flores como premio consuelo. Luego fuimos al templo.
La idea era ver el amanecer mirando al Borodudur, pero la niebla no lo quiso
Asi que inmortalizamos el momento quitando fotos a las flores
Borobudur es el mayor templo budista del mundo, construido en el siglo IX (tiene más de 1.000 años!) y para no hacer largo el tema… ES INCREÍBLE! IN – CRE – Í – BLE!!!
Es una especie de “torta” de nueve pisos con 504 estatuas de Buddha y 2.672 relieves, todo en piedra. Calculen un poco!? Hace 1.000 años los muchachos hicieron esta maravilla… y hoy la podemos apreciar, intentar entender y sentir lo que sea que sintamos allá.
Nosotros sentimos admiración.
TODO en su arquitectura tiene algún significado:
- Se divide en tres partes (base, cuerpo y cima), como el cuerpo humano y también las tres etapas de preparación mental, según la cosmología budista: El mundo de los deseos, el mundo de las formas y el mundo sin formas.
- A vista de pájaro es un mandala perfectamente simétrico
- Los relieves describen un montón de cosas: la vida de Buddha, la ley del Karma y la búsqueda de Sudhana entre otros
- Las estatuas de Buddha parecen idénticas, pero difieren en la posición de las manos. Además muchas de ellas están sin cabezas… y las cabezas están repartidas por ahí en colecciones privadas y museos pff
Entrada a Borobudur , tanto hombres como mujeres deben usar el Sarong (pareo que esta usando Joseto en la foto) por respeto
La tradición para los peregrinos es la siguiente: uno no sube directamente hasta arriba, sino que debe caminar en sentido de las agujas del reloj, con el templo a la derecha, de tal manera a que en todo momento el mundo exterior está “tapado” por la balaustrada y uno está observando las historias en los relieves. La subida de esta manera representa la dura “búsqueda de la verdad”, tanto física como espiritual. Cuando nosotros lo hicimos, un grupo de peregrinos budistas, con un maestro que daba algunas explicaciones cada 90 grados lo estaba haciendo al mismo tiempo.
1.000 años y contando en la foto
El nivel de detalle es ridículo
Chili disfrutando de la vista. Fijense en el fondo hay tres budas a cubierto, el de al lado de Chili, que sería el cuarto de la foto se encuentra decapitado
Las estupas en forma de campanas se encuentran en la cima del templo
Los estudiantes te siguen para quitarse una selfie. Su modus operandi es acercarse, decirte que son estudiantes y que quieren practicar su inglés para proceder a sacarse un montón de selfies contigo
El maestro haciendo las vueltas y enseñando cosas que no entendíamos. Muchos occidentales entre los presentes
El secreto de sus ojos
Esta es su vista, hace 1000 años. Será que ya se aburrió? O le sigue pareciendo magnífica?
Después de dar las vueltas correspondientes y cansarnos de ser asaltados por chicos indonesios que querían fotos con nosotros, fuimos a los 1.000 templos de Prambanan.
Este complejo de templos hindúes está dedicado a la “Trimurti” o trinidad de dioses más importantes para los hindúes: Brahma (el Creador), Vishnu (el Preservador) y Shiva (el Destructor). A pesar de ser conocido como “los 1.000 templos”, originalmente contaba con tan solo 240 templos (soooolo 240!), hoy muchos de ellos no son más que ruinas.
Los mismos fueron construidos en el siglo IX, en piedra y son una maravilla arquitectónica y artística.
Nos pasamos paseando por ahí, con la boca abierta hasta el piso, lastimosamente sin un guía que nos explique más de lo que veíamos así que tuvimos que investigar luego sobre lo que habíamos observado.
Miren el tamaño de los árboles al lado y debajo de los templos. Hace 1.000 años, los muchachos sabían trabajar la piedra
Foto de uno de los templos principales de Prambanan
La famosa “foto de la foto”con una hermosa fotógrafa
Joseto FELIZ (Si hacen zoom en la foto podrán ver la pelusa de su ombligo, también FELIZ)
Sería el primero de incontables encuentros con Ganesha
Joseto Hood o Guillermoseto practicando el arte milenario de posar para la foto
Dia 3: Sobrevivimos, no sé como, a un viaje de 450 km a Probbolingo
Salimos como a las 7 de la mañana… y el tipo que nos llevó era un animal, como todas las personas que manejan en Java. Fuimos en una camioneta solo nosotros y una señora china con su hijo (quienes nos invitaron bambú picante).
Después de muchas horas de manejo, pre infartos, infartos y resurrecciones, llegamos a una ciudad que se llamaba Probolinggo donde cambiamos de chofer y el tipo más pirado del mundo nos llevó la última hora (todas subidas y mareos) hasta nuestro hotel, frente al volcán Bromo. Habremos llegado como a las 8 de la noche. Hechos polvo.
Fijense en los tiempos –> 450 km en 13 horas. Se aplica la técnica de multiplicar lo que se te ocurre por 2,5!
Este es el baño que le dio a Chili la cordial ´Bienvenida a Asia´ y al squatting
Xi Xi (Shi Shi) y su Mama nos invitaron bamboo. Xi Xi no quería que su mamá salga en la foto, evidentemente
Dia 4: Amanecer número 2 en el volcán Bromo
Nos despertamos como a las 3:30 de vuelta para ir a ver el amanecer en un sitio X donde supuestamente tendríamos “La Vista”!. Cuando llegamos (como a las 5 menos cuarto), el mirador ESTABA REPLETO. Había sido Bromo es la atracción turística MÁS VISITADA DE JAVA!
La gente estaba preparada a full para ver el amanecer: con cafés, nisines (sopas de fideo instantáneas), super abrigada esperaaaando que se despeje. La verdad, “La Vista” se convirtió en: Lluvia, frío y decepción! Jajajajajaja… snif… snif…
Jamás se despejó. Es más, debe seguir nublado ahora mismo, estoy seguro.
Frustrados y con sueño, fuimos a subir al volcán… la subida se realiza con una escalera que va bajando de calidad y seguridad a medida que más arriba vas, siendo los últimos escalones nada más que imaginarios.
Y bueno… Vamos a subir mbae
Finalmente llegamos arriba: Mucho olor a azufre, mucho humo, el enorme cráter a un lado y una caída de un par de cientos de metros al otro. Quilombo luego. Imposible ver dentro del cráter debido a la humareda con olor a huevos podridos… por ratos no se veía más que unos metros alrededor.
Con respecto a la seguridad: INEXISTENTE. Uno se pasea por el borde, intentando equilibrarse a pesar del fuerte viento sin ningún tipo de resguardo… sí o sí habrán muerto ya unos cuantos turistas por ahí, estoy seguro. Personas con vértigo, miedo a las alturas, torpes por naturaleza y sentido común, abstenerse.
Pequeño altar con un libro abierto (El Corán, creo, no lo recuerdo bien). A la derecha, atrás se puede ver el incio del ascenso con la escalera
La vista desde arriba cuando se despejaba un poquitin
El sabio de la montañana… Bola, el vendedor de ofrendas
Ganesha en la cima, atras esta el crater que no podemos ver por la niebla, como ven, CERO PROTECCION
Rezos a Ganesha AL LADO mismo del cráter
La bajadita
Encontramos esto caminando por ahí. Suponemos que vendría a ser el graffiti de la zona
Volvimos y salimos un rato después para el Ijén.
Llegamos muchas horas despúes al hotel en el pueblito llamado Blawan o Belawan que tiene, literalmente, un arroyo de aguas termales donde todos los locales se bañan a la tardecita. Entiendase: a eso de las 5 de la tarde todo el pueblo va con sus jabones y toallas al arroyo a pegarse un baño. Genial es.
Cenamos y dormimos nuevamente temprano, hechos polvo… se venía el segundo volcán, el Ijen.
Pueblito donde dormimos antes de visitar el Kawah Ijen
Sus jardines son huertas y lagunitas con pescados
Día 5: Dentro del cráter del Ijen
Nuevamente nos despertamos como a las 3:00 y nos preparamos… Esta vez al menos, ni nos prometieron “La Vista”, nos dijeron que a esa hora nos íbamos y punto. Sucede que uno tiene que llegar a oscuras para apreciar el “fuego azul” en el cráter, de día esto es invisible.
Subimos el volcán totalmente a oscuras, con la luz de la luna y linternas. No veíamos nada. A nuestro alrededor turistas, guías, mineros de azufre y “porteadores de turistas”. Vamos a definir cada una de estas personas:
- Turistas: gente como nosotros (aunque no tan sexys) que va al volcán para vivir una nueva experiencia y pasarla bien… y para subir fotos a sus redes sociales o escribir blogs que nadie lee
- Guías: las personas que ayudan a los anteriores a llegar al cráter sin caerse al precipicio ni a la laguna de agua hirviendo que se encuentra en el mismo, llevan máscaras de gas y explican varias cosas interesantes en el interín
- Mineros de azufre: tipos que cargan unos enormes canastos de mimbre sobre el lomo y que llenan de piedras de azufre amarillo para venderlas por kilo. Hacen la subida y bajada del volcán varias veces por día. Nuestro guía era un ex minero
- Porteadores de turistas: locales que llevan unas carretillas, para que turistas que no desean o no quieren o no pueden caminar hasta la cima lleguen a la misma sentados en las mismas. Básicamente, un turista va sentado en una carretilla y dos o tres porteadores empujan y estiran la carretilla en la pendiente (LA PENDIENTE!) hasta arriba. Es súper loco
No se veia nada cuando empezamos a caminar, pero a veces la ignorancia es una bendición
Después del amanecer recién pudimos apreciar los peligros de la caminata
Uno no solo llega al borde del cráter… desde donde se puede empezar a ver el fuego azul como la llama de una vela, sino que baja y se va al lado mismo de esta maravilla. Para bajar nos pusimos máscaras de gas, que hacen TODA LA DIFERENCIA (lo sé porque obviamente me la saqué un ratito para probar, no lo hagan en casa chicos, usen las máscaras!).
Finalmente amaneció… y pudimos apreciar los acantilados que habíamos pasado rozando sin darnos cuenta, la laguna de agua a 80 grados de temperatura en el cráter y por fin un sol sin nubes! La tercera es la vencida!
Llegamos! Fuego azul wohoooo!
Los mineros de azufre, paseandose indiferentes a los turistas
Los mineros transportan esas canastas en sus hombros cargadas con hasta 80 kg de azufre dos veces al día
Amanecer en Kawah Ijen. Chili, que tiene miedo a las alturas, se subió sin dramas gracias a no poder ver los acantilados en la oscuridad de la noche 🙂
Nada más romántico que sobrevivir a los humos sulfurosos de un volcán gracias a las máscaras
Laguna con azufre y quien sabe que otros minerales en el cráter. El color + el amanecer + preguntarte como cuernos llegaste ahí = Recompensa por haberte despertado a las 3 AM
Se puede pagar a ex mineros para que te transporten en los tramos mas dificiles de la caminata (ida y vuelta ouch)
Y.. para terminar… un collage súper masculino!
😛
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