Durante nuestro paseo por Valladolid (México) empecé a sentirme mal… tipo cansado, hecho bolsa… y me tocaba la frente y el cuello: estaban calientes. Pero como hacía mucho calor no le dí mucha bola al tema. Hasta que antes de volver, decidí entrar a una farmacia y pedir que me tomen la temperatura: 38,8. Fiebre.
Así comenzó lo que yo llamé “Golpe de calor nomás!” y Chili llamó “Maldito dengue!”.
Chili estaba en lo correcto, el &*&$*(*!@&&# Aedes Aegiptis que nunca osó picarme en Paraguay, vino a hacer acto de presencia en México.
Malísima selfie que demuestra varias cosas: 1) Que Joseto no estaba del todo en sus cabales en el momento de la foto 2) La bufanda/pañuelo/trapo de Chili que ella mojaba en agua con hielo y me ponía en la frente 3) Que churro es Joseto
Los siguientes 9 o 10 días fueron una secuencia de lo siguiente: horrorosa fiebre, tener calor y frío al mismo tiempo, chuchos, dolores esporádicos, estar cansado de estar cansado, pirevaísmo crónico y lamentos bolivianos. Quien ya tuvo dengue me debería entender.
Para quien no tuvo dengue nunca, un consejo: NO TENGAN DENGUE!
Gracias
Cómo supimos que era dengue? Y… básicamente vivimos en Paraguay… por lo tanto conocíamos bien los síntomas, además tanto nuestros amigos médicos Sebastián Brítez (Braaaitz!) y Guillermo Villalba (Dr. Pollo!), serias fuentes medicinales nos lo confirmaron a distancia.
Obviamente, ni siquiera la agonía dengosa puede evitar que Joseto sea irresistiblemente sexy. Quienes quieran ver fotos más reveladoras (wink, wink), las vendemos a bajo costo, mensajes al inbox! Su consulta no molesta!!! Ayude a los viajeros viendo calzoncillos!!!
Escondiendo el dengue en los aeropuertos
Como teníamos comprados los pasajes, no había caso, tenía que viajar con todos los síntomas y cara de zombie a La Habana.
Drogas de por medio (paracetamol, redbull y buena música), con buen aire acondicionado en el Aeropuerto de Cancún (que tan solo me hizo castañear los dientes, cubrirme con mi campera, la de Chili y mi mochila), etc… me subí al avión sin mayores inconvenientes. La parte complicada fue Cuba.
El problema con el Aeropuerto Internacional José Martí es que TODO tarda mucho tiempo. Así, tardamos en bajarnos del avión (según Chili mi cara era la de un cadáver maloliente), tardamos en que nos den las mochilas (cara de jagua de la calle con sarna) y finalmente cuando llegamos a los controles de inmigración tardamos más todavía (cara de mula, con drogas distribuidas por todo el cuerpo).
En el avión rumbo a Cuba… yo pensaba que me “sopló viento” o que me hizo mal alguno de los tacos con picante que comí en la calle nomás, Chili ya desconfiaba de mis diagnósticos
Chili me dice: “Tenés que hacer algo con esa cara, sí o sí nos van a parar acá en el control!”.
Joseto: “Es la única cara que tengo, además mi mamá siempre me dijo que soy el más churro del mundo”.
Chili: “Boludo, pareces un drogadicto con el que experimentaron nuevas curas para la hemorroides… y no salieron bien”.
Joseto: “Qué querés que haga? Voy a hacer lo que sea con tal de salir de este conchudo aeropuerto…”
Chili: “Nada, sonreí, actuá normal…”
Eso hice, sonreí y actué normal… y claro, nos apartaron en inmigraciones debido a que estaba con los ojos rojos, inyectados en sangre, sonriendo como si le hubiese bajado una tableta entera de éxtasis y moviendo mis brazos a los costados en camara lenta (pensé que eso ayudaría a no llamar la atención).
Luego de un cuestionario de preguntas en las que lo único que yo hice fue babear mientras Chili respondía, miradas penetrantes por parte de gente uniformada, un ir y venir de la persona que nos apartó, no sé como, nos dejaron entrar sin una somera inspección de cavidades. 🙂
La primera cena en Cuba, caminamos un par de cuadras hasta llegar a “ComPlacer” (eh! eh! Con placer + Complacer se entiende? Que vivos, eh?). De complacer no tenía nada… Sucede que los ingredientes en los locales de comida que no son para turistas, tienen un sabor… a catinga. Lo siento. Pero es verdad. La excepción (por suerte): los helados!
Consumiendo la paciencia de Chili en Cuba
Nuestros días en Cuba fueron más o menos así:
Tengo que admitir que puse a prueba eso de “en la salud y en la enfermedad”. Si era Chili la que tenía dengue y se quejaba como yo… creo que se terminaba el viaje!!
A esto de arriba hay que agregarle que NO podíamos decirle a nadie que yo tenía dengue por una sencilla razón: nos dijeron que si un médico me diagnosticaba dengue en Cuba al instante entraba en cuarentena forzada! No tengo idea de si esto es realmente así, pero no teníamos ganas de ponerlo a prueba!
Entonces, yo tenía que seguir actuando (o mejor dicho mal actuando). Y Chili, que es más paranoica que chancho en semana santa, salía a hacer compras y a pasear y no se animaba a hablar con nadie “por si se me chispotea que mi marido tiene dengue y le estoy ocultando como a un bandido”.
Finalmente, el día que volábamos a Miami… ME CURÉ. Me sentí bien, por fín, y Chili pudo descansar.
Más abajo, lo que vimos a pesar del (insertar grosería de preferencia) dengue.
La Santísima y Bellísima Chili que cuidó de Joseto en sus peores horas
La Plaza de la Revolución y el memorial a José Martí
Esta plaza es GIGANTESCA (tiene 7 hectáreas), punto de encuentro obligado para festividades políticas o históricas (el Papa habló ahí, se le veló a Fidel ahí, etc etc), tiene el memorial a José Martí (que es la estructura más alta, por lejos, de toda la ciudad), además de los perfiles de Camilo Cien Fuegos y El Che Guevara en edificios que la rodean… Por último, claro, Fidel solía discursear durante horas y horas frente a multitudes de cubanos en ese sitio.
El monumental monumento a José Martí… detrás de la estatua hay una bandera cubana que ayuda a romper el gris y blanco… pero preferimos poner estas fotos de día y noche 🙂
Que me disculpen los hermanos cubanos, pero a mi no me gustó. 7 Hectáreas de baldosas de cemento. Frente a más cemento.
Imponente? Sí, un poco. Importante? Sin duda. De profundo impacto para los sentidos? Para nada. De todas maneras, no creo que el arquitecto haya pensado en mi cuando trazó los planos…
ESA es la plaza de la revolución, a la izquierda en la fachada del Ministerio del Interior la imagen del Che Guevara con la inscripción “Hasta la victoria siempre”, a la derecha la imagen de Camilo Cienfuegos en el Ministerio de Comunicaciones diciendo “Vas bien Fidel”
La primera escapada sin respetar al dengue. Aunque no parezca, reboso de enfermodosidad dengosa! Por otro lado… ME ENCANTA ESTA FOTO. Grande la Chilitógrafa!
El Malecón
Vendría a ser la “costanera”, mejor dicho: La Costanera. Se trata de una enorme avenida (creo que de 6 carriles) con veredas de unos 4 metros de ancho de cada lado con un poderoso muro contra el mar que serpentea por varios kilómetros. Este lugar tiene buena onda, se puede sentir en el aire que se respira, en la manera de caminar de la gente… si bien no nos cruzamos con gente bailando, tocando la guitarra o bebiendo en los poco más de 1 km que caminamos por ahí (hasta que Joseto el dengoso ya no dio más) creemos que era una cuestión de tiempo que nos crucemos con algún grupo pasándola bien.
Vista del Malecón desde el Castillo de la Real Fuerza. A un lado el mar, al otro lado el Parque Luz Caballero
La Habana Vieja
Es un barrio, grande, que incluye por ejemplo parte del Malecón que más arriba mencioné, varios museos, el Capitolio, una cantidad inmensa de restaurantes, cafés y barsitos, locales de venta de cigarros y ron, hoteles, la Catedral… En conclusión, el 90% de lo “turístico” de La Habana se encuentra en este barrio. Acá arrancan, hacen posta o acaban decenas de cruceros fantásticos. En esta zona es donde podés escuchar varios idiomas y no solo el acentito cubano (que es mu lindo!), donde los edificios (todos) parecen de inicios del siglo XX o más viejos (porque lo son), donde hay tours de japoneses y tours de alemanes, donde los precios estallan. Hasta castillos hay ahí. CASTILLOS!
El Capitolio de fondo y de costado el Parque de la Fraternidad. El protagonista de la foto un auto de los 50’s (no se que marca ni que modelo, se aceptan contribuciones para aprender)
Hay que entender algo… El turismo es la principal fuente de divisas de Cuba. Y sus mayores expresiones son Varadero y la Habana Vieja.
El que sea una parte super turística de la ciudad no la hace menos atractiva, no es que te encontrás con filas y no podés caminar de la gente. Es… interesante, como mínimo, quizás apasionante sea la palabra más apropiada. Los shows, la música en la calle y en los bares, la gente vendiéndote cigarros a escondidas (más abajo los detalles), los edificios en una decadencia que parece premeditada, los susurros y los gritos, los precios altísimos de TODO para los turistas y regalados para los locales (a metros de distancia)… todo hace a la Habana Vieja un sitio peculiar, único en su especie y digno de visitar.
Estas “bicicletaxis” (?) abundan en la Vieja Habana. Sus conductores, como se puede ver, cuentan con hermosas piernas de tanto pedaleo
La Plaza Vieja, a su alrededor se encuentran muchos bares y cafés, además del Planetario de la ciudad (muy bueno). Más allá de que no es óptimo, nos gustó mucho a Chili y a mi ver a varios grupos de niños, con sus profesores, usando la plaza para hacer sus ejercicios de educación física
IMPORTANTE si solo se visita esta parte: hacer un esfuerzo por ver más allá de lo evidente (con la Espada del Augurio de Leon-O?), ver más profundo y no solo las fachadas y de la música. Al menos intentar ver los hilos del entramado. Creo que esto le agrega valor a pasear por ahí.
El día a día del barrio donde nos quedamos
Existen muchas casas de locales (registradas en el Estado) que pueden hospedar a turistas, recontra recomendamos esta opción, no solo las habitaciones son cómodas y con todas las comodidades sino que tenés la suerte de poder experimentar Cuba más allá de la venta de habanos y ron.
Nos quedamos más o menos a 12 cuadras de la Plaza de la Revolución, en un barrio que llamaremos X (porque no puedo encontrar el nombre en Google Maps)… que a nuestro humilde parecer nos pareció “bien cubano”. Y bien lindo.
La Corte Suprema. Un par de detalles: miren el tamaño de las calles versus la cantidad de autos, esto fue siempre así, a todas horas; sobre el edificio se puede leer “Hasta la victoria siempre”; el estilo de los edificios públicos que vimos es ese: sesentoso o setentoso, claro.
Pudimos ver en el barrio que cada negocio tiene bien delimitado lo que puede y no puede vender, por ejemplo, una panadería no puede vender gaseosas, una farmacia no puede vender revistas y una “tienda” (así le llaman ellos a una especie de despensas que SÍ pueden vender productos importados) no puede vender frutas. Se entiende?
Notamos en este barrio la ausencia de celulares… no porque no los tengan. Si no porque o los saldos son muy caros o todavía no son smartphones. Que significa esto? Mucha charla en las veredas, en los porches de las casas en las veredas de los edificios. Muchos mitaís jugando en la calle… Gritos, risas, timbres que suenan, gente caminando para ver gente. Para bien y para mal, eso es lo que vimos.
El shopping “Plaza Carlos III”, con presencia de marcas extranjeras, pero no estadounidenses. Fuimos al medio día y básicamente… Era un quilombo de movimiento y ruido. Nos impactó entender que estábamos en un shopping, EN CUBA. Es raro, no?
Ninguna casa que vimos era nueva, pero la mayoría bien cuidadas, con pequeños patios en sus frentes y llenas de planteras y planteritas con todo tipo de plantas decorativas, la verdad muy coquetas las casas… muchísimas con rejas a pesar de la “ausencia total de robos” en Cuba (?).
Los hombres y mujeres con los que nos cruzamos: pitucos sería la palabra. Peinaditos, con la ropa limpia y planchada, con un caminar seguro y la mirada alta. Los piropos e “invitaciones para rumbear” para Chili cuando salía sola, abundantes. No vimos a ninguna persona obesa.
Un negocio CON MUCHÍSIMO ÉXITO (éxito = largas colas en el local) era el de copias de películas y series en pen drives. Esto era perfectamente legal, con cartel y papelería adecuada… Te sentabas en una silla cable a ver las carpetas de “Acción”, “Infantiles”, “Drama”, “Anime”, “Series”, etc… Elegías las películas y.. voila! Las tenías en tu pen drive! Un doble yapiró floreado al FBI!
Las carpetas (el “menú”) sobre el banquito y los precios en el cartelito de la ventana
Las “cooperativas” de habanos
La primera vez que me sentí más o menos bien y nos paseamos un poco una persona en la calle nos dijo que teníamos mucha suerte, que justo ese día (el lunes 15 de octubre) se trataba del único día del mes en que las Cooperativas de los empleados de las fábricas de habanos estaban abiertas al público, que vayamos a verlas! Nos explicó que allí podríamos comprar habanos a precio de fábrica y no a precio de tienda…
Poco después ya empecé a sentirme semi destruido… y tuvimos que dejar pasar esta oportunidad única que se nos había presentado.
3 días después, el jueves 18, salimos a caminar nuevamente… Y fíjense que nos encontramos con una persona que nos explicó que teníamos muchísima suerte ya que era la única fecha del semestre en la que se podían comprar cigarros cubanos baratos, directamente en la Cooperativa de los empleados de las fábricas! Lastimosamente no fuimos a verlas…
El 20 de octubre, nuestro último día en La Habana y conmigo totalmente recuperado, adivinen que? JUPITER ESTABA ALINEADO CON VENUS, EN EL CUADRANTE DE CAPRICORNIO!!! Entonces era el único día del siglo en el que podías comprar habanos baratos en las Cooperativas de los empleados de las fábricas!!!
Esta vez fuimos y si van, POR FAVOR NO DEJEN PASAR ESTAS OPORTUNIDADES ÚNICAS EN LA VIDA.
Nos metimos en unos callejoncitos, calles más grises y más desiertas. Cerca del lugar llamado Cooperativa vi a un par de “campanas” en las esquinas: cuando pasamos se hicieron señas con nuestro guía sin dejar de mirar a todos lados por si venía la policía (?). Evidentemente Joseto se convirtió en Joseto Bond al instante, ya que me sentí en una película desde el momento en que aceptamos la invitación del vendedor/astrólogo en la calle.
Nos “encontramos” con nuestro guía 5 minutos después en una esquina designada, porque no el no quería que lo viesen con turistas… luego nos llevó por calles semidesiertas y grises…
Dentro del lugar, oscuro, con varios hombres de mirada dura pero de sonrisa fácil nos mostraron la “mercancía”: Habanos de todas las marcas, colores, sabores y tamaños que se puedan imaginar. Vimos como vendían a un par de gringos varias cajas a precios más bajos que los de las tiendas… pero aún altísimos. Nos dijeron, en voz baja y con mirada cómplice, que esperemos a que se vayan los gringos para poder darnos “precios de hermanos latinos”…
Júpiter y Venus no se alinean todos los siglos. Se trataba de una señal! Y, claro que compramos los benditos habanos! Terminamos fumandolos y regalandolos durante el viaje! Estaban buenísmos, ya que tienen mística, historia y un humo que evoca cerocerosietesismo! 🙂
La caja de habanos cubanos que compramos, no teníamos idea de cuales comprar, para los entendidos recuerdo que había las siguientes marcas: Montecristo, Cohiba, Romeo y Julieta, Partagas y otra más que no recuerdo. Elegimos esta porque el tamaño de la caja iba bien para la mochila
Impresiones más allá de las fotos
Lo primero y más importante: Cuba fue una sorpresa. No, disculpen, sorpresa es una palabra muy suave, muy ne para decir lo que fue.
Fue una patada voladora de Roberto Carlos en la oreja izquierda! Eso sí fue.
Sucede lo siguiente, a pesar de lo que habíamos leído o conversado con distintas personas de como se vive en Cuba, del comunismo, del castrismo, de las filas, de la belleza del país y su gente, de la comida, de todo lo que sea que habíamos investigado… nos voló la cabeza. En que sentido nos voló la cabeza? En varios:
- Existen dos Cubas, la de los turistas (en la Habana vieja y en Varadero, por ejemplo) y la de los cubanos. En la primera, los precios son en “pesos convertibles” que se trata de una moneda que solo usan los turistas y claro que todo está a “precio de turista”. En esa Cuba encontrás jamón, queso, cigarros, verduras, pescado, pinturas, frutas y pan. Además de música en la calle, internet y cadillacs pulidos hasta encandilar al propio sol.
Entre tantos turistas en la Vieja Habana, donde está Joseto??
- En la otra Cuba, la de los cubanos, los precios son en “pesos cubanos”, la moneda de ellos. En esa Cuba, lo único abundante es la carencia. Vas a una panadería, que no tiene pan. A un restaurante que de un menú de 20 cosas tiene una o dos. Entrás a una farmacia con los estantes vacíos. Te paseas por un mercado agropecuario de media manzana donde solo se vende cebolla, limón, piña, aguacate, ajo, arroz y cerdo. NADA MÁS…
- Un ejemplo: Tomar uno de los omnibus para turista cuesta aproximadamente 7$ para moverte, digamos, de la Plaza de la Revolución hasta La Habana Vieja. El mismo trayecto en un omnibus cubano cuesta 0,04$ (4 centavos de dólar).
- Los celulares: para conversar… poco internet y mensajes. Es como si uno estuviese al inicio de la época de los celulares, cuando Telecel te cobraba una fortuna por mirar tu celular. Es así que vemos a los chicos jugando en la calle, a la gente charlando en las entradas de sus casas o en los bancos de las plazas, a los jóvenes sin sacar fotos de su comida ni selfies cada 30 segundos… Eso vimos.
Campanario en el Castillo de la Real Fuerza. Me moría de ganas de tocar la campana, evidentemente, al otro lado de la foto Chili me estaba amenazando de con torturas y muerte en 12 idiomas (en particular el de señas era bien contundente)
- Se vive en una dictadura, y quien diga lo contrario… o es parte del régimen o es un pyragüe o no tiene idea o sencillamente tiene miedo y no se anima a decirlo (y con razón). En un momento de inspiración, nos sentamos a conversar con un anciano completamente desconocido en el Parque de la Fraternidad. Nos contó de la Revolución… de los cambios… de la esperanza con Obama… de su jubilación (aprox. 10$ mensuales)… y de las desapariciones. Todo esto en una conversación en voz baja y mirando a los costados. También nosotros mismos presenciamos como se “llevaron” (¿?) a una persona que se animó a desplegar un cartel en la Plaza de la Revolución… Nuestros pelos se pusieron de punta… Especialmente cuando escuchamos a una señora felicitar a los gritos a los militares por su rápido y eficiente actuar.
- Las autopistas son de 3 o 4 carriles a cada lado! Y están vacías. Los conductores se pasean felices de la vida, la palabra “embotellamiento” no tiene traducción al cubano.
- Los cubanos están son tan expertos en hacer filas, que llevaron esta simple costumbre al colmo de la practicidad. Cuando vas a cualquier sitio y tenés que esperar por orden de llegada (una tienda, la parada del bus, la cola en un restaurante, etc) NUNCA vas a encontrar una fila india. QUE??? No, lo que vas a encontrar es a todo el mundo haciendo cualquier cosa en el lugar, distribuida convenientemente cerca. Desordenados. En ese momento tenés que decir con voz potente “Ultima persona!?” y uno de los presentes dirá “Acá” o “Soy yo” o simplemente levantará la mano. Ya está, ya sabés que vas después que el! Listo! Y ahora te toca a vos ser el último hasta que llegue la próxima persona. Son unos genios.
- La comida que comimos en los restaurantes que no son para turistas, sencillamente dejaba mucho que desear. Por un lado, no tenían variedad. Y luego… no tenían buen sabor. Y miren que lo dicen dos personas que comen EN CUALQUIER CUCHITRIL y salen recontentos en la mayoría de los casos! Creemos que esto se debe a la falta de ingredientes (tanto en variedad como en calidad).
Cubanas con onda en la Vieja Habana
- Como se puede ver en una foto de más arriba… Entramos a un shopping!!! No entendíamos como una de las expresiones más claras del capitalismo podía estar presente en Cuba, encima en una zona absolutamente NO turista: un shopping!! WTF!! Nos encontramos con una cosa rara. Tiendas… con joyas, al lado de locales de venta de panchos, al lado de un sitio donde venden productos comestibles importados, al lado de una mueblería con sillones que te hacen masajes, al lado de una panadería. Muchas de las cosas que vimos tenían precios ABSOLUTAMENTE IMPOSIBLES para los sueldos cubanos.
- Lo mismo nos pasó cuando encontramos, por arte de magia, un restaurant super chuchi en medio de la nada, se llamaba “La Rosa negra”. En ese restaurant… había tomate! Y aceite de oliva! Y zás… zás… carne vacuna! Pero eso no es lo impresionante, lo verdaderamente llamativo es que ESTABA LLENO DE CUBANOS! A pesar de los prohibitivos precios, estaba llenísimo, eso no hacía sentido, como los sillones masajeadores.
- Finalmente, descubrimos como pueden existir estas “burbujas de lujo” en un país donde no existe la libre competencia y la norma es el “no tenemos”. Muchos cubanos pueden permitirse este tipo de compras, siempre y cuando cumplan con una de las siguientes condiciones: 1) Trabajen para el gobierno en un puesto que les permita ganar bien (entiendase ganar en el amplio sentido de la palabra) 2) Tiene familiares en el extranjero que les envían dinero. La entrada de divisas es una parte MUY IMPORTANTE para ellos. 3) Alguna otra manera de ganar dinero que no sea directamente un sueldo, quizás vendiendo cigarros a extranjeros (??)
Dengoseto entregado a La Parca, listo para que se la lleve… Hasta que apareció DementorChili al rescate!!! Las fotos son del hotel “Los Frailes” en la Habana vieja, donde entramos a joder las bolas
- Es importante aclarar que el “ser dueño” de un negocio, a menos que esté vinculado al turismo… no necesariamente es el sueño capitalista en Cuba. Imaginense esto: obtenés (no se como) la licencia para tener la única panadería del barrio. NO TENÉS COMPETENCIA. Deberías enriquecerte, verdad? Sí, siempre y cuando tengas todos los elementos para hacer mucho pan, exista el mercado que te lo compre y seas ordenado con tus finanzas, te debería ir super bien. El problema es que no tenés ni lo primero, ni lo segundo… 🙁
- Al mismo tiempo… Cuba es muy hermosa, el clima era agradable y los habaneros (ese es el gentilicio, busquen en el diccionario!) si bien son un poco toscos al inicio, nos parecieron interesantes, curtidos (sin duda alguna), muy educados y de súper buena onda en general.
Disculpen si suena medio gris lo de más arriba, pero no quiero olvidarme ni dejar de decir lo que observamos/experimentamos.
Casi nos llevaron presos (ver rejas) por sacarnos todas las fotos con la misma ropa!
Sabemos que nos faltó muchísmo que ver… que de nuestros 8 días destinados a Cuba, habremos aprovechado con suerte 3, de todas maneras nuestra estadía lo que careció en paseos y lugares visitados… lo compensó en INTENSIDAD. Gracias a eso no salimos tan pichados! Un poquitito quizás, pero no taaan pichados.
Recomendamos a quien quiera ir a Cuba que intente ver ambas partes, que no se quede solo en la abundancia. La Cuba “de los cubanos” a parte de ser bellísima, es riquísima en muchos sentidos (menos en dólares)… eso sí, te da sopapos emocionales y te encontrás a vos mismo reflexionando reflectivamente que cuernos viste o está pasando a tu alrededor!
Por último, entre otras cosas, te lleva a agradecer el tener al menos libertad de expresión!!!
Tantas cosas damos por sentado…
Gracias por leer el post, si querés comentar algo podés hacerlo más abajo :)