Tantas cosas nos unen, tantas cosas se ponen en manifiesto una vez que empezás a estar un chiki lejos.
Según Saro Vera, en su libro “El paraguayo, un hombre fuera de su mundo”, somos una etnia cultural que no ha sido contaminada en 300 años, ni siquiera al ser invadidos después de la Guerra Grande… a pesar de la fuerza de la globalización (suceso posterior a su libro) creo que esta “etnia cultural” sigue vivísima y goza de buena salud.
Vista desde nuestra ventana en Kuala Lumpur, a 16.723 Km de lejura
Hace 9 meses que estamos lejos y mientras viajamos por ahí, con Chili empezamos a sentir de a poco la ausencia de unas cuantas distinciones paraguayotas tán únicas que ni pillábamos que estaban siempre ahí, hasta que dejamos de tenerlas al alcance de la mano.
Es así como estar con otro paraguayo tan lejos de nuestra islita se siente como que pongan Nene Malo en medio de la bailanta en un casamiento: Al comienzo no entendés bien que pasa, y cuando te encontrás bailando alocadamente te das cuenta que había sido te encanta!
A continuación, algunas de las muchas particularidades que tenemos, que quizás no les damos tanta bola, pero que gritan con fuerza en la distancia.
Mi tía María en su casa, donde nos recibió y tuvimos un cursillo intensivo en alimentación natural. Tía María es lo máximo. No me escriban a pedir su número porque les va a salir un huevo visitarla en Canberra
Comida
A todos aquellos expatriados que tienen almidón y preparan un mbejú o una chipa, a quienes mantienen su almacén con yerba lista para el tereré, el mate o el cocido, a quienes hacen un esfuerzo para inventar lejos de casa una sopa paraguaya como sea y con los ingredientes que puedan conseguir (Nico!), una especie de borí borí o quizás un asado a la olla con arroz quesú (aunque sea con queso cheddar). A TODOS ELLOS LES MANDO UN BESO ENORME AHORA MISMO.
Cualquiera de los anteriores o de las delicias culinarias guaraníes no mencionadas son la quintaesencia de la teletransportación en tiempo y espacio para quien no haya pisado nuestro país en varios meses (o quizás años).
EN-SE-RIO ESTOY HABLANDO.
Mi primo Francisquito (mide 1,80 pero para mí es y será Francisquito) que fabricó, no sé como, chipa guazú y sopa paraguaya en Brisbane, Australia. En la foto, peleandose con una especie de parrilla (?) en el parque
Términos
Nuestra manera de hablar, desde el guaraní, pasando por el yopará hasta los modismos es casi omnipresente. Sin prestar mucha atención usamos palabras que son imposibles de descifrar para alguien que no haya vivido por nuestros lares, en resumen: Hablamos en código. El mismo aparece mágicamente ante la presencia de otro paraguayo, se alimenta y retroalimenta en la conversa. Algunos, poquísimos, ejemplos con traducciones para aquel lector que no haya pisado nuestra tierra:
Ni kaure! (No lo haría ni bajo los efectos de cuantiosas cantidades de alcohol en la sangre)
Terejó yapiró túnare! (Haceme el favor de sacar el prepucio de tu pene, para luego depositarlo con firmeza sobre las espinas de un cáctus)
Jaijuepete! (Recorcholis! Caracoles! Cáspita!)
Calculá un poco… (estudiá rápidamente lo que te estoy diciendo, pero no con profundidad, si ponés cara de que te interesa o respondés con algún gesto o un “heee” a mis palabras ya es suficiente)
Llamale cangrejo… (podés bautizarle a esa cosa o situación con el nombre de un animalito super chúlina que tiene 8 patas y dos pinzas, camina de costado y es el símbolo del signo zodiacal Cáncer)
Chúlina (algo tan tierno que te hace recordar por alguna razón a Maxi que es la condensación más pura de la chulininidad)
En un rato (sucederá en un tiempo indeterminado que no me compromete a ninguna hora en particular)
… más mejor! (¿?)
Eré erea (y más y más cosas, muchas más así, tantas que no pega más seguir describiendo o listando…) (o sea etcétera)
(se entiende que eré erea está en doble sentido porque está al final de la lista??? Eh? Eh?)
Asadito paraguayo (y con una brasilera también) en Manly, Sydney, del otro lado de la foto está la playa, pero Joseto en vez de mostrar eso decidió exponer la chura
Son solo palabras, verdad? No, aunque no nos demos cuenta en realidad son atajos en los caminos de nuestras conversaciones, son palabras cómplices sin necesidad de hacer guiños, son autenticidad pura y dura. No solo dicen lo que dicen, detrás de las palabras hay un mensaje que se decodifica así: “Te escucho chamigo, te entiendo, hablo tu mismo idioma/lengua, esas palabras nos identifican y… nos acercan hasta el tuétano!”.
Escuchar un “Nderakore!” en buen tono, con la expresión ceñuda correspondiente y en el momento preciso, cuando estás a 15.000 Km de distancia, te puede sacar una lágrima de emoción…
Navidad en yopará en Canberra, mi tía es vegana y casi casi la navidad consitió en una sopa de tomate (en serio). A última hora, cuando ya nadie podía defendernos, nos llamó Fernando. Cerdo, pollo, chocolates, birra… snif, que emoción (es la foto mas nítida que tenemos de esa noche, que pior)
Contexto
Además de nuestros particulares términos, los paraguayos gozamos de un contexto común, una especie de paisaje de fondo, que nos permite poder entender el tema de cualquier conversación paraguayística de manera rápida y eficiente.
Así, podemos hablar de la Albirroja, de la re-elección, de la calidad de las rutas, de la manera en que manejan los micreros o cualquier otro tema sin necesidad de “pintar” toda la película. Ya sabemos que la querida Albirroja no supo hacer el cambio de generación, que Cartes se desdijo y contradijo y que Lugo es un irresponsable infeliz, que nuestras autopistas sufren de envejecimiento y muerte por metástasis en tiempo record y que los micreros van a frenar donde se les cante las bolas (aunque entendemos que cobran, están atentos a Rubén Rodríguez, al timbre, a la mina con minifalda de la vereda, a jugar carrera con el otro micro y a tomar tereré todo al mismo tiempo y deberían ser estudiados por la NASA como los únicos hombres multitasks del mundo).
Si los términos le dan el sabor y la autenticidad a nuestra charla, este contexto es el que le da el peso al plato de palabras.
Quienes entienden automáticamente cosas como las mencionadas (o similares en su esencia), no importa donde estés, son aquellos con los que en una sentada vas a sentir que conversaste “de todo”.
Photobombendo la tierna foto de Jessi y Dingel, con Ale y Sandra que no hicieron nada para impedirlo, en Punta Cana cuando arrancábamos el viaje
Conocidos en común
Vivan los conocidos de ambas partes! Los conocidos mutuos! Encontrar un conocido en común al otro lado del mundo es lo máximo.
Son el chisme, el comentario, la admiración, la noticia, el vínculo, el lubricante, los goznes, el chiste y la sorpresa!
Ustedes aparecen como por arte de magia de la galera, son el conejo que se sostiene para ser mirado y, en la mayoría de los casos, el que desata la ronda de aplausos.
Clara Rosa en la isla de Cozumel, apretamos el acelerador en Guatemala para poder estar con ella y mi Tia Meche 🙂
La hospitalidad paraguaya
NO
EXISTE
OTRA
MEJOR
.
(Sobre este tema, para no hacer más autobombo, pueden leer este post de dos españoles que estuvieron paseando por ahí hace unos años).
Vale, Nico y Oli (en la oscuridad creo que está escondido Niqui). Fuimos a probar comidas raras (como mermelada de cebolla y no recuerdo que más) y a tomar unas frías a un mercado navideño en Sydney
Sentadeada con… tereré, mate, cocido, café, vino o cerveza
Los líquidos de más arriba amargos, dulces, fríos, a temperatura ambiente o bien calientes se conjuran cuando te juntas con otro paraguayo a un mundo de distancia, SIEMPRE. Alguno de los mencionados es llamado a mojar las gargantas guaraníes, es convocado para crear una excusa para compartir, para reir, para estar juntos.
Y claro que sabemos que lo importante, jamás pasó por la bebida… pasó por la avidez de presencia, de conocimiento y reconocimento recíproco tan lejos de casa. Estar contigo y estar conmigo. Eso es lo único que importa en realidad. 🙂
Comiendo empanadas, chipa, chipa guazú, vorí vorí, lomito y no se que más en Sabor Guaraní, un restaurante de comida paraguaya en Queens, Nueva York!! Matías, Nancy y Megan nos llevaron ahí apenas llegamos, creo que no podíamos leer el menú de las lagrimas de felicidad
La espontaneidad en el tiempo libre
Existen sitios donde para encontrarse con amigos o con la familia hace falta sacar la agenda, el telescopio y la baraja de tarot, entonces un viernes, si Saturno y Marte están en el cuadrante de Capricornio, podemos escribir en la agenda el “compromiso”. Fijense en la palabra “compromiso”, que clase de palabra es esa para describir una actividad para pasarla bien? Hasta suena a obligación.
Por suerte, nosotros le damos vuelta a esa palabra… armando y desarmando planes sobre la marcha, con soltura siempre y cuando el fin esté claro: pasarla bien, no “cumplir”.
Yo se que esto es un poco menos universal que los puntos anteriores, que depende más de las personas… pero créanme cuando les digo que esa espontaneidad goza de una buena cantidad de adeptos en Paraguay, muchos más de los que pudimos descubrir en otros países según lo que pudimos conversar. A mí, personalmente, me encanta.
Roro Chan nos llevó a un parque en Yokohama, donde decidimos romper los planes de turismo, aprovechar nuestro derecho para tomar birra en lugares públicos y sentarnos a conversar un par de horas en el pasto. Arigatou ko sai mas!!!!
El día de Acción de Gracias
Hice mi tarea, estudié un poco el tema.
El día de acción de gracias es una festividad viejísima, ya que muchas culturas y religiones se dedican desde tiempos inmemoriales a “dar las gracias” luego de las cosechas. Estamos hablando de que existen costumbres similares en por lo menos 4 continentes desde mucho antes de que Colón decida pisar las fantásticas islas del Caribe.
En particular en los Estados Unidos se tienen documentadas estas fiestas desde inicios del siglo XVII, con una ocasión como la más famosa: el festín que se dieron colonos e indígenas en Plymouth luego de un buen otoño con su correspondiente abundancia de comida para sobrevivir en el invierno. Todo indica a que esta farra existió y realmente en ese punto del mapa ambas civilizaciones se aguantaron y hasta se aliaron por más de 50 años. Una de esas lindas excepciones que te encontrás por ahí.
Sansa preparandose para salir de incógnito y evitar a los paparazzis
Por alguna razón ésta fiesta perduró y creció con los años, aunque no fue hasta después de la guerra civil que se convirtió en un feriado nacional con una única fecha para todos los estados. Se celebra el 4to jueves de noviembre, siendo este un feriado nacional y el día siguiente es también feriado para la mitad de los estados, convirtiéndolo en un fin de semana largo.
Hoy ya casi nadie piensa en las cosechas ni en la fraternidad entre colonos e indígenas. Más bien se trata de un jueves en el que se juntan amigos y familia a tener una cena temprano ya sea con mayores, menores o nulas intervenciones religiosas o de gratitud según el grupo. En otras palabras es una excelente ocasión para juntarse con cariño.
El típico menú incluye al menos tres cosas según lo que pude leer: pavo, batatas y pie (se lee “pai” y es una especie de tarta, no estoy hablando de la “porción terminal de una extremidad inferior”).
Un trago de birra para el pavo, 4 tragos para el chef Jean… unas gotas más para el pavo, una botellita para el cocinero
Como lo vivimos
El día 24 de noviembre amaneció un día perfecto con sol pero sin calor ni frío, estábamos en Houston y nuestros anfitriones Fa y Jean nos habían dicho que estábamos invitados a pasar el día en casa de Paty y Gustavo, junto con otros paraguayos.
En la cocina Jean estaba preparando el pavo con una salsa, relleno y cerveza. Cuando miraba a su creación (el pavo) se podían ver en sus ojos nada más y nada menos que amor.
En casa de Gustavo… nos sentimos en familia. La conversación de la tarde y la noche tenía todos los ingredientes de la receta familiar: curiosidad, farreadas, amabilidad, historias locas, historias serias, chistes, sueños, opiniones, interrupciones, gritos a la distancia y más farreadas que iban y venían.
Nos sentimos cómodos y queridos, como si estuviésemos entre amigos de toda la vida cuando en realidad tan solo un par de horas antes habíamos intercambiado nombres (creo que ni si quiera apellidos).
No quiero escribir ni describir lo que comimos y bebimos porque no quiero darle envidia a ningún restaurante. Nunca pensé que una ensalada podía ser tan sabrosa. Esa es la palabra, no solo rica ni deliciosa, palabras lentas y ordinarias para describir esa wedge salad. Sabrosa.
Lastimosamente no tengo ninguna foto donde estemos todos los asistentes… En esta foto ya se había hecho de noche y obviamente seguía la conversa 🙂
Lo que aprendimos y lo que queremos mantener de ese día
Ademas de aprender sobre sabores, amistad y generosidad quiero relatar algo a lo que no dejamos de darle vueltas con Chili en los siguientes días:
Que genial es que “exista” un día llamado de “Acción de Gracias”.
Hacía tiempo que le dábamos vuelta al tema de “dar gracias” y, en resumen, esto es lo que nos divagamos: queremos vivir en constante gratitud. Creemos que decir “gracias” no se trata de ser bien educados, se trata de una manera de vivir la cual resuena con quienes somos y quienes queremos ser. No queremos olvidarnos de dar las gracias por lo que sea que se nos cante las bolas. A quien le decimos gracias? Al que esté en frente, a nuestros padres, a desconocidos, a los amigos, a Dios/Universo/Naturaleza/La Vida (elegir uno o todos, da igual!), a uno mismo, a las cosas, que importa. La parte importante es que eso es lo que queremos y creemos.
Por eso nos pareció tan espectacular que exista ese día… porque creemos que todos tenemos malos días o malas semanas… que el día a día puede llevarnos a olvidarnos de ciertos milagros que se nos presentan a diario. Y eso está bien, que le vamos a hacer, pero que conveniente que exista en el calendario un día así, que nos recuerde dar las gracias!
Tanto nos gustó que decidimos practicarlo, a nuestra manera, desde ahora en adelante. O sea, tenemos otra excusa en nuestro calendario para farrear jajaja.
Una hamáca paraguaya en el calor canberrano, que más se puede pedir? No es como para decir “gracias”??
Dos en uno
Que tienen que ver la Paraguayidad y el día de Acción de Gracias?
Tienen todo que ver.
Ese día fue como decantar toda la espectacular paraguayidad de la que hablaba, ponerla a fuego lento, hacer una reducción espesa, caliente y dulce… para luego condimentar cada hora, cada minuto de ese fantástico día en lo de Gustavo y Paty. Además, tenía ganas de ponerle ese nombre al post.
Gracias, a todos y cada uno de los paraguayos que nos encontramos por el camino, con los que hablamos y chateamos, no tienen idea del poder que tienen, nos llevan lejos de donde estamos, nos acercan a esa tierra roja, a ese calor, a ese cariño.
De todo corazón, gracias!
Unas cuantas (muchas!) fotos más que tienen que ver con esto y no quiero dejar de poner, por más de que opama ya el post:
En Elliott Heads (al norte de Brisbane), el día que intentamos hacer snorkel y luego de muchos “nderakore”, “gran puta!” y “Ay carajo!”, cortes con rocas y arriesgar nuestras vidas de por medio decidimos que mejor nomás nos sacábamos una foto ñembo contemplativa, como que no pasó nada, con Vero y Francisquito
Antes tomaba cualquier birra, ahora por culpa de Nico y sus conocimientos birrísticos sigo tomando cualquier cosa pero hago comentarios como que ñembo entiendo algo de cerveza. El truco está en decir alguna cosa con las palabras lúpulo, cuerpo, cebada, paladar contenido de alcohol o ibu (nivel de amargor) después del “Aahh, que buena está!!”.
Ejemplo: “Aahh, que buena está!! Esta birra tiene cuerpo… sentís como el sabor se queda en el paladar…?”
Mate con sabor a gloria en Port Washington, encima hacía frío!
Asadito con Juanchi y Nico. Juro que había más carne!!!! (y más frías)
La tarde en que tomamos un tereré con Cinthia, Ubaldo y Machi en Sydney. Ubaldo y Machi están mochileando por el mundo, también, pueden ver sus fotos en #tererearoundtheworld, son BUENÍSIMAS. Ellos son unos capos! Y ni hablemos de Cinthia y Óscar (esposo de Cinthia) a quienes, ahora que pienso, me arrepiento de no haberles buscado más… igual, seguro que nos cruzamos por ahí
Jodiendo las bolas con Sansa, que no quiso posar, y Pierre (futuro centrocampista de Olimpia, en mi parecer). Creo que en ese instante Sansa ya me tenía “atrapado” y solo podía darle toda mi atención
Chili con los sobris Nina y Charlie, hijos de mi tía María, camino al lago a refrescarnos. Chulinas!
Gustavo a punto de darnos OTRA bofetada de deliciosidad en el día de Acción de Gracias en Houston
La noche que llegamos a Houston, como nos recibe Jean? Vestido de fubolero y con birras frías en la heladera. Enamoración
Para quienes se preguntaban si como quedó el pavo birreado… así quedó
Con Robert, Andrés, tía Meche y un arcoiris raro en Cancún cuando nos colamos a un All Inclusive
Invocando a los espíritus del atardecer en el puente de Brooklyn. Si alguien sabe hacer la cara de Chili que por favor me mande una foto para que deje de sobrarme con su mueca “soloyoChilipuedohacerestoenelmundowiwiwiwiwiwi”. Gracias
Resolviendo todos los problemas del mundo con Vale que tuvo “libre” esa noche para salir a mostrarnos un poco la noche sydneyniana
carmenlidia says
Gracias por el paseo por el mundo. todavia me arrepiendo de no haber manejado para encontrarme contigo en tu ida a Houston. Estuvimos con Gustavo y Pati muchas veces y adoramos su casa. Te entiendo perfectamente el techagau.. se lo que es suspirar por un Don Vito.. o un mbeyu con queso Paraguay. Encontramos subsitutos al queso para la sopa paraguaya pero no se acerca ni asi a la de Tia Anamaria. La cara de Chili me facina… solo que si le viene un viento norte, se puede quedar asi para siempre. jaja
Joseto says
Ay tía… la verdad que lo de la comida es insustituible. Esta semana tomamos unos tererés en el calor turco y sencillamente no hay como explicar el raro poder de tener algo tan nuestro en la lengua. Y cuando nos sobra… nos olvidamos de lo especial que es!! Jajaja, somos complicados