Subir al Volcán Acatenango merece su post aparte. Y punto.
Fue así: Nuestro anfitrión Gui nos había dicho que el tour estaba bueno, que cansaba mucho la subida (es más, era una tortura nos dijo) pero valía la pena y que llevemos abrigos para la cima. Sin muchos más detalles lo charlamos con Chili y decidimos que yo subiría, ella prefirió quedarse en Antigua.
Contraté un tour en temporada baja por 17$, el mismo incluía:
- El shuttle que te lleva a la ladera del volcán donde empezás la subida
- Un guía para poder llegar sin mayores dramas al sitio donde acampar y a la cima (y bajar nuevamente)
- La comida: un almuerzo, una merienda, una cena, un desayuno al día siguiente (sandwiches, sopa, huevos duros, café)
- Una tienda (compartida claro) para poder acampar y una bolsa de dormir
- Una especie de rollo de esponja que viene a ser tu colchoncito/impermeabilizante para poner bajo la bolsa de dormir
- El shuttle para volver nuevamente a Antigua después de la aventura
Aparte en el tour operador podías alquilar según necesidad: abrigos, guantes, gorritos para el frío, mochilas. Yo no alquilé nada, llevé el gorrito rosado de Chili, toda mi ropa abrigada (o sea 3 ropas que eran más de facha que calientes) y me fui sin guantes. Llevé solo mi mochilita de 15 lts y cuerda para atar la bolsa de dormir y el colchoncito a la misma. Suicida.
Salimos como a las 07:30 AM para el volcán entre 4 turistas más el chofer, los 4 éramos Masha (israelita), Showza (australiano) y un francés que no recuerdo su nombre. Para las personas que se mareen en los autos el viaje sería una especie de pesadilla hecha realidad, como se tratan de rutas en los cerros son suuuuper vuelteras y con curvas. El paisaje: plantaciones de maíz por doquier en pendientes que harían babear a cualquier crossbiker. De repente, en medio de la nada, al lado de un par de techitos mal hechos el chofer paró y sin cruzar palabras bajó nuestras cosas y se fue.
Mis 3 compañeros de aventuras descansando en el campamento, de izquierda a derecha Masha, Francés X (con MI petaca!) y Showza. Todos, con olor a humo de la fogata, cansados y con un poco de caña en la sangre tuvimos que compartir carpa. Aviso para las chicas: no hay baño arriba (o por lo menos no lo vi).
Esos techitos indicaban el inicio del sendero para subir el volcán. Una familia que estaba desayunando ahí nos ofreció un par de cosas que podrían ser MUY útiles para el día que se venía: un bastón para caminar, agua, guantes y cañas chapines. No compré el bastón porque bueno, no tenía ganas y la caña no hacía falta porque ya tenía conmigo mi súper petaca de Star Wars (regalo de cumpleaños de Chili!) llena de ron. Los demás compraron, todos, unas cañas con tamarindo o flor de jamaica llamadas Quetzaltecas.
Antes de salir, nos entregaron unos paquetes. Se trataba de mi comida, bolsa de dormir y el colchoncito… Como mi mochilita era pequeña, y ya estaba cargada con 4 litros de agua, abrigos y alcohol el resto lo até como pude para poder subir. Con respecto a la carpa… es una bolsa pesadísima! Lo conversamos entre los tres turistas varones y llegamos al siguiente acuerdo: nos iríamos turnando según cansancio.
Habremos arrancado la subida como a las 10 creo…
Muestra de vida (unas cuantas miles de plantas en la foto y un animal) en el bosque nuboso del Acatenango. No se como me subí. No se como me bajé.
Foto desde el campamento. Tengo puestos: la segunda piel, mi campera negra, mi campera impermeable, una bufanda y un gorrito rosado de Chili. Igual me cagaba de frío y la sonrisa es falsa!
La subida tiene estas etapas:
- 1ros 10 minutos, la primera parte es todo maizal, la pendiente MUY pronunciada, un aire de optimismo y alegría de vivir se apoderó del grupo: “Estoy escalando un volcán, soy lo máximo! Que boba Chili que no vino…”
- Luego de una hora y media de subida, ya hay bastante vegetación alrededor: “Como me queman las piernas. No podía la Pachamama hacer el volcán menos empinado? Encima todavía no llevé la carpa”
- Unos minutos después llevando la carpa porque ya era mi turno: “Me quiero volver chango! Que imbécil! A quien se le ocurre venir acá!? Chili es la inteligente de la relación…”
- A las 2 horas y media, hace frío y está super húmedo alrededor, es un bosque nuboso. Le das la carpa a otro insensato: “Ahhhh… sin la carpa se puede… encima ya no hay sol… que hermosa es la vida… soy un capo”
- Unos 10 minutos después: “Me duelen las piernas, como lo que estos tipos siguen tan tranquilos, será que están gritando dentro suyo? AAAAAAAHHHHHH!!!”
- A las +4 horas de subida casi ininterrumpida, termina el bosque nuboso y comienza un bosque de coníferas: “… snif… te quiero mamá, te quiero Chili, los quiero a todos… snif… no les dije lo suficiente…espero volver a verlos”
- Llegando al campamento, solo ves nubes y escuchás al Volcán de Fuego haciendo erupción como si se tratase de un relámpago relapagueando (eh!) al lado tuyo: “Llegué, soy lo máximo… pero que carajos estas nubes no dejan ver nada!!! Me quiero moriiirrrr, encima se me congelas las @*#(()& que frío carajo!!!!”
Esta es la vista del Volcán de Fuego cuando llegamos. Con la niebla y el viento de arriba, la sensación térmica habrá sido de 0 (cero) grados. Escuchábamos un sonido similar al de una tormenta estallando al lado nuestro, pero no podíamos ver nada. Me quería matar.
Y luego… se despeja y lo ves!
Se empieza a despejar… La fumarola es una constante en el pico del volcán. Las erupciones de día son una explosiones de humo y rocas negras. No se puede apreciar la lava en la claridad.
Esta es mi mejor foto de una erupción, anchinyaranga mi cámara del teléfono. Las partículas que están en el aire son rocas al rojo vivo o pedazos (gotas??) de lava incandescente. Es surreal, hipnótico, majestuoso.
Y esta es la foto con la cámara de Showza (autor también de la foto del título), mostrando a la Vía Lactea pelear como en una competencia de belleza con el Volcán de Fuego. Mi veredicto como juez: empate!
Nos pasamos la noche viendo al Volcán de Fuego honrar su nombre. Sintiendonos chiquititos frente a La Tierra y su Poder y al mismo tiempo gigantes por estar ahí. Mirando la noche, las estrellas, las ciudades/pueblos abajo, TODO. Tomando ron, quetzaltecas un whisky que encontramos ahí (enserio!) o lo que sea que haya llevado el grupo en torno al fuego. Charlando de cualquier cosa y queriendo que la noche no termine.
A las 3 y cuarto de la mañana siguiente me desperté para subir los últimos 400 metros hasta la cima. Evidentemente, FUERON DURÍSIMOS. Se trataba de una arena/piedritas sueltas, entonces daba un paso pero bajaba medio paso de vuelta, y con una pendiente que estimo que habrá rozado los 55 grados. No llevé mi transportador… pero miré así con mi ojo derecho y salió 55 grados en el ojímetro. Lo mantengo bien calibrado.
Sin aliento, con frío y sueño (no es fácil dormir con un VOLCÁN EXPLOTANDO AL LADO TUYO toda la noche) subimos, escalamos. Ahora, yo estaba más esperanzado porque no había que llevar la carpa y porque fue tan bello lo que había visto la noche anterior que decía: “Ver el amanecer ahí arriba debe ser increíble”. Y lo fue.
En el fondo: el Volcán de Agua (extinto). En el frente: el Tipo Más Feliz del Mundo.
No puedo describirlo.
Quisiera ser fotógrafo, poeta, músico, pintor o director de cine para poder expresar o hacerle justicia a lo que viví allá arriba.
El sol salía digamos “a la izquierda”, que vendría a ser el Este (…). Al mismo tiempo, el Volcán de fuego seguía escupiendo lava, rocas, llamas y ruido cada 5 minutos. El día despejado, perfecto. El viento fuerte, pero no insoportable, el frío helado pero al mismo tiempo tolerable.
Todo se puede tolerar con tal de vivir eso.
Otra foto más del amanecer… Intenté sacar fotos en las que se podía ver el amanecer a la izquierda y el Volcán de Fuego vomitando lava a la derecha. No lo conseguí. Llevo las imágenes presilladas en la memoria.
La bajada para mi fue en una palabra: Emocional.
No quise saber nada de nadie… quería grabar, TATUAR las últimas 24 horas en mi cerebro. Me puse mis auriculares, música a todo volumen y bajé último, a mi ritmo, a veces corriendo a lo loco, a veces caminando y a veces cantando en voz alta.
Me es difícil escribir/describir la subida al Acatenango porque para mi fue más que un tour… tuvo un par de elementos que lo hicieron especial más allá de las increíbles vistas, de las charlas con ron alrededor del fuego o de la maravilla del bosque nuboso. Tiene esos elementos que te hacen apreciar más lo vivido: el desafío, la perseverancia, la justa o en este caso INCREÍBLE recompensa, incluso en cierto modo el dolor o cansancio muscular, todo eso al final SUMA…
Subir al Acatenango para mi no fue solo ver lava y un bello amanecer. Fue una de las mejores experiencias de mi vida, de esas que contás con los dedos de la mano y hasta ahí nomás llegas.
La última foto que saqué al Volcán de Fuego que tanto me dio sin pedir nada a cambio.
No es mi mejor foto. Pero es mi mejor foto.
Mario Bogado says
Impresionante mi primaso!!! Quede anonadado con el relato y las fotos!! Definitivamente valió la pena la subida tan terrible les mando un abrazo a chillo y a vos mi querido y que siga la aventura!!!
Salud y Bendiciones!!!!!
Joseto says
Sí, valió la pena la megasubida. Y para serte sincero Mario. La haría de vuelta, sin pestañear. Gracias!!! 🙂
Carmen rivarola says
Wow! Muy buena la descripcion! Saludos!
Kathi says
Primo me haces tan feliz, al saber que tuviste una experiencia tan espectacular y única! Mi patadeperro siguan teniendo miles de estos momentos buenísimos! Me recuerda de mis viajes cuando tenía momentos parecidos llena de felicidad!
Tio Abelardo me puso el nombre patadeperro y vos sos número 2!!! Tal vez él estaba ahí a tu altura, sonriendo…
Te quiero mucho! Besos a los 2 🙂
Joseto says
Patadeperro??? Ok, si viene de Abelardo y de vos, tiene que ser bueno, tenés idea de que significa??? Te queremos mucho y esperamos que nos lleves a un mega BIERGARTEN cuando estemos por allá 🙂 🙂
Geraldine says
Que increible lugar !!! Me encanto!
Chili says
Gracias Melona!