Si alguien me preguntase: che Joseto, en estos dos meses, que aprendiste, que conociste?
Viste que se querían ir para conocer y eso, bue, que conociste en estos dos meses?
Creo que saldría corriendo de la habitación dejando esas siluetas en las paredes estilo dibujito animado.
Estaba aburrido. Tenía una cámara. Igual, sirven para representar las caras que haría mientras pienso en una respuesta para el infeliz que me pregunte que aprendí hasta ahora
Que pregunta complicada… hay decenas de anécdotas que puedo contar, no se cuantas comidas nuevas que probamos, cantidad de costumbres e historias de cada país o de cada región/ciudad… Dejo estas para más adelante, prefiero hablar de otra cosa que conocimos/aprendimos en estos dos meses:
Lo que les puedo decir es que con Chili nos damos cuenta de que viajar tiene su… ritmo.
Una Chilisaurio y un Josetoraptor Rex naciendo de huevos de dinosaurios en el Museo de los Niños, San José, Costa Rica. Esta foto no tiene nada que ver con el post. Pero me gusta
Bum! Catabum! Bumrucubum! Catatacapacabumbum!
Hay ritmos frenéticos en el viaje, como si tuvieses una batucada frenética y a 1000 RPM de fondo que no para de sonar, en los que estás prácticamente cada segundo en movimiento, y cada respiro, cada pausa debe ser sacrificada para planear lo siguiente porque o sino se pierde la inercia, estás haciendo y viviendo y 100% en el presente… aunque muy agitado. Un ejemplo: cuando decidimos encontrarnos con mi mamá en México, sacrificamos varios días en Guatemala y apretamos el acelerador, y en menos de una semana vimos el lago Atitlán, Lanquín y Semuc Champey, y Flores y las rompemandíbulas ruinas de Tik’al, llegando no se como (sí sé: llegamos destruidos) a Playa del Carmen en la península de Yucatán. Terminamos haciendo 5 sitios y cruzando 3 fronteras en una semana.
Este ritmo es sumamente eficiente en cuanto a movimiento y sitios visitados versus tiempo empleado. Por otro lado los costos de los viajes y tours en vez de ser absorbidos de manera paulatina por los días de viaje, se acumulan y terminan elevando el costo promedio del día de viaje.
Chili siendo atacada por todas las mochilas en un shuttle de 10 horas de Lanquín a Flores, Guatemala
Lo bueno: está genial saber que podés hacerlo cuando necesitás… que si es necesario podés convertirte en el Flash de los viajes, coordinar todo lo que querés hacer (gracias a internet, los organizadores de tours y otros viajeros que te dan pistas) y luego apretar play.
Lo malo: cansa y no da tiempo a descubrir cosas, perderte un poco o emborracharte con ganas.
La conclusión: este ritmo de viaje SE IMPONE a veces. Sin darte cuenta estás a full, corriendo, visitando, caminando, comprando el siguiente pasaje, sacando fotos, sin tiempo ni para sentarte a escribir divagues como este. Pasa. Como la primavera, no prefiere jardín (nada que ver!). Y hay que ponerle onda y punto.
Nuestro bus de San Juan del Sur a Granada, en Nicaragua. Arriba del micro, nuestras mochilas. Evidentemente llovió en el viaje con nuestras mochilas en el techo y sin sus protectores. Escuelita…
“Yo te miro y se me corta la respiración… Cuando tu me miras se me sube el corazón… Bailandooo!”
El otro ritmo que descubrimos es más bien una salsa o quizás una bachata. Así viajamos por Nicaragua por ejemplo, tomándonos nuestro tiempo en cada ciudad, en cada sitio, en cada plaza… Dejando que los minutos se escurran, sin ningún tipo de consideración por su economía, que se derramen y se pierdan para siempre.
Con este estilo, a veces parecía que no había nada que hacer o ver, y sin embargo, con el pasar de las horas, quizás agregándole un poco de música y quizás una cerveza le encontrabas la vuelta. Viajando así, nos tomamos nuestro tiempo, declarando un día so’o cada unos cuantos días para no hacer nada “útil” y hacer nada más que existir.
Joseto aprueba esta velocidad de viaje en las aguas de la Laguna de Apoyo, en el cráter de un volcán extinto cerca de Granada, Nicaragua. Chili mientras tanto se tapa la nariz, su manera de decir “Yo también!” cuando le pregunto algo bajo el agua
Este ritmo de viaje hace que los días sean más baratos porque los costos de los viajes y tours se “disuelven” en el promedio… pero al final consumís más días… lo cual habría que ver si es matemáticamente ventajoso (mmm…).
Lo bueno: se “siente” más el sitio que se visita. Vas descubriendo pequeñas cositas, este sitio donde los lugareños comen y es barato y delicioso, esta costumbre que tienen los muchachos acá, un lugar no turístico que recontra vale la pena ir a conocer… Y es relajado.
Lo malo: eh… quizás te puede llevar a un sobre relajamiento. Tipo a despertarte muy tarde ya cada día (y perder las mañanas que suelen ser los mejores momentos para aplanar las ciudades o visitar casi cualquier sitio). O bajar un poco la guardia en cuanto a que ver/hacer y perder oportunidades.
La conclusión: esta manera de viajar nos encanta y la SUPER RECOMENDAMOS. Pero nos encontramos perdiendo el control con frecuencia y entrando en ritmo batucada. Es un ritmo cero stress… donde al revés que en la mayoría de las vacaciones, lo que te sobra es tiempo. Es totalmente otra manera de viajar que en una vacación de 7 días totalmente programada.
Cuando te perdés en León, Nicaragua, encontrás muros como este
“Às vezes, no silêncio da noite… Eu fico imaginando nós dois…”
Y escuchamos, pero no lo vivimos, de un ritmo que voy a llamarle de bossa nova.
Consiste en convertirte en un lagarto y quedarte durante MUCHO tiempo en algún lugar. Estamos hablando de 3 a 4 semanas como MÍNIMO en un mismo sitio.
No se si vamos a hacer esto con Chili… Cuando planeábamos Roguatata, pensábamos más bien viajar al ritmo de la salsa… no al de la bossa ni al de de la batucada frenética. Sin embargo, yo estoy dispuesto a trabajar durante el viaje (como experimento científico-social en primer lugar, pero además el dinero siempre viene bien), lo cual no se si será posible si no nos quedamos en algún sitio por lo menos unas 4 semanas. Veremos.
Foto romántica ya que estamos hablando de bossa nova, subiendo el volcán Pacaya en Nicaragua
Lo bueno (me imagino): la profundidad con la que llegás a conocer un sitio y lo barato que termina saliendote estar ahí.
Lo malo (me imagino): te podés llegar a aburrir, aburguesar (o hamburguesar, como diría Aldama). Quizás a “gastar” demasiado tiempo en un lugar.
La conclusión (?): no tengo idea… cuando lo hagamos les contamos.
Amanecer sobre el volcán Acatenango a 2997 mts de altura. Durante la bajada lo escuché por un rato a Caetano Veloso 🙂
Conclusión ritmística final: Viajar al ritmo de la música Travesuras de Nicky Jam.
Después de dos meses, nos mantenemos en lo planeado: no nos gusta ir a lo loco. Tampoco, tenemos planeado quedarnos por largo tiempo en los próximos meses en ningún lado, además son sitios caros: Estados Unidos y Oceanía.
Decidimos entonces bajar la música de Nicky Jam y utilizarla como patrón para viajar (Chili me esta mirando con cara de desaprobacion por la referencia)… entonces de ahora en más miren el mapa roguatata con ese ritmo en mente. Podría ser algo así:
Hola bebé (Rca Dominicana)
Chili: hace muecas
Ya que contigo no sirve la labia (Costa Rica)
Chili: se tapa la cara, parece que tiene vergüenza
Y te crees muy sabia, pero vas a caer
Te lo digo mujer, Eeaahh! (Nicaragua)
Chili: “Por Dios José Tomás tu referencia!!!”
Yo se que acabo de conocerte
y es muy rápido pa tenerte (Guatemala)
Chili: “¡@#@!$#%^##%$#”
Yo lo que quiero hacer es complacerte eeeh.
Tú tranquila dejate llevar (Cuba)
Chili: puso cara de resignacion
Dime so conmigo quieres hacer travesuras
Que se ha vuelto una locura.
Y tu estás bien dura.
No me puedo contener (Estados Unidos)
Chili: *esta en silencio*
Y así sigue Roguatata…
Para quienes no conocen la música y sus letras, acá está:
Mary Royg says
Hola primos!
Hoy por fin descubrí en donde leerles! Obviamente, las redes sociales y yo no somos tan buenas amigas…. Y la tecnología a veces se enoja conmigo….
Creo que leí todo lo que estuvieron escribiendo y me puso tan contenta!
Es genial lo que están haciendo!
Sigan disfrutando de la experiencia única que están viviendo!
Cariños a ambos!
Chili says
Hola Mary!
Que gusto leerte, ahora estamos en New York poniendonos al dia a full.
Gracias por tus lindas palabras (lei con tu tono de voz y todo)
Besote y saludos a la familia 🙂