Llegamos un lunes a las 6:00 al centro mismo de la ciudad de San José, capital de Costa Rica. La ciudad, tiene PENDIENTES. O sea, no sé que se les ocurrió a los “ticos”, así se autodenominan los costarricenses, por lo visto les es muy largo decir “costarricense” entonces inventaron el apodo “tico”. Yo me imagino que se habrán preguntado: “¿Donde podemos hacer nuestra capital, de tal manera a que les duelan las galletas a todos los habitantes de la ciudad todos los días?” En ese momento, mapa en mano, buscaron donde había cambios importantes de nivel cada 200 metros y construyeron su capital.
Caminando al hostal (unas 10 cuadras de donde nos bajamos del bus), empezamos a escuchar, en cada semáforo un canto de aves bien definido y extrañamente rítmico… Se trataba del sonido que hacen los semáforos para peatones, de tal manera a que los no videntes puedan usarlos también, o sea, cuando uno escucha ese sonido puede cruzar la calle pues el semáforo para autos está en rojo. Chili pensó que había pajaritos viviendo en cada esquina que piaban de manera rítmica y coincidían con los semáforos! En el último día me dice: “Que hermoso como cantan acá los pajaritos… pero nunca consigo verles!”. La queremos a Chili!
Una calle llena de graffitis que nos cruzamos por ahí. Obviamente, no tiene nombre que recuerde, pero estaba detrás del Museo Nacional
En los 10 días que nos quedamos en Costa Rica, nos paseamos por: San José, Tortuguero, La Fortuna y Monteverde.
Teníamos planeado ir también a Bahía Drake en la costa del Pacífico y a Puerto Viejo en la costa del Atlántico, para luego bajar a Panamá. Ya paseando, nos dimos cuenta de que, por cuestiones presupuestarias, nos convenía empezar a subir al norte, por lo tanto terminamos saliendo hacia Nicaragua.
Lo que sentimos/vivimos en cada sitio de Costa Rica
San José: euforia por llegar nuestra primera ciudad metaguía, sonrisas y buena onda.
Tortuguero: el sueño de quien quiera vivir en armonía con la naturaleza y el turismo. Estamos hablando de vivir en una cueva y abrazar osos y esa onda, pero al mismo tiempo compartir tu oso con algún gringo.
La Fortuna: pueblo caliente con volcanes, vida sobre vida y más vida.
Monteverde: clima ciclotímico con una preferencia rara por la niebla fugaz y un fresquito delicioso. El color verde en doscientos millones de tonalidades. La quintaesencia de la caminata sin rumbo y el placer de “solo estar ahí”.
Además, en todo Costa Rica sentimos dolor de billetera. Es un país caro. No solo para mochileros, estamos hablando de comentarios en general, de viajeros de distintos orígenes y estilos.
Ejemplos:
Una latita de birra EN EL SUPER: 1,3$
Helado de dos bolas: 4,3$
Y lo que debería ser caro, como que alguien juegue con tu pelo, a tan solo: 3,6$
San José, supuestamente solo la puerta (¡y no entendemos porque!)
Se trata de la capital y la ciudad más populosa del país. Es ordenada, limpia y bastante bulliciosa (por lo menos con estándares paraguayos). Los ticos capitalinos nos parecieron súper cordiales, sin las sonrisas forzadas que a veces se encuentran en los sitios turísticos, sino más bien genuinamente buena onda.
En los días que nos quedamos, descubrimos que uno tiene que salir temprano a caminar en el mes de agosto y setiembre porque a las 15 hs empieza a llover. El clima es alemán. A las 15 hs llueve mucho. Y punto. Una hora o dos más tarde ya las nubes se cansan de tirar gotas por todos lados y aguarte el viaje y te dejan una tardecita y noches fresquitas, perfectas para tomar un ron con pomelo (o ante su ausencia, con Fresca que es una gaseosa de pomelo).
De lo que visitamos, resaltamos…
El mercado de artesanías, cerca del museo nacional: Excelente para comprar perezosos, pinturas emplumadas, remeras, imitaciones fálicas de muchos colores (chán!), ropas que dicen Costa Rica y Pura Vida y cosas así, más perezosos y esculturas raras (y muy bien trabajadas!) para peceras, entre otras cosas. En general, vale la pena visitarlo, porque hay cosas de buen gusto y calidad, además se puede pelear bastante el precio.
Las peatonales: las llamo así porque son varias y súper distintas. Básicamente, hay una peatonal estilo internacional, donde están todas las tiendas de cosas importadas y tiendas caras del país. Otra que es la peatonal china, donde están los restaurantes chinos y las tiendas con productos chinos (de todos los precios, colores y formas que unos pueda imaginar). Otra donde se venden cosas baratas: ropa, electrodomésticos, comida, celulares, de todo, con invasión de las tiendas a la calle inclusive. Y partes en el medio que no se definen: son una mezcla de tiendas caras, con venta de loterías, préstamos al instante, bancos grandes y muchos monumentos distribuidos por todos lados.
Genial para pasar el rato, encontrar de todo, ponerte a vender con los microfoneadores (gente que saca un parlante con un micrófono y vende lo que sea: carne, frutas, ropa, zapatos…), comer, ver gente de mil formas y colores y en general sentir el ambiente tiquísimo a través las voces y pasos de su propia gente, ya que hay relativamente pocos turistas por acá.
El gallo Paquito, posando para la foto. Paquito es el Gallo de la Suerte para y vende boletos de lotería en una de las peatonales de San José
El mercado municipal: Obligatorio. Además, también es mandatorio comer algo en cualquiera de los comedores y/o cevicherías que se encuentran. Inevitablemente uno se pierde en los pasillitos en los cuales encontrás yuyos, pescados, pollos, puestos de comida (INCREÍBLEMENTE SÚPER LIMPIOS Y ORGANIZADOS a pesar de tener más trabajo que los abogados de Trump), artesanía, café, ingredientes raros, etc, etc. Mientras te vas perdiendo en los pasillitos, la gente te va hablando: “que le ofrezco?”, “Que va a comer?”, “Un cafecito…?”, “FRESCOS, FRESCOS, FRESCOS LOS CAMARONES!”. Recomendación: vean donde están comiendo los locales, sientense ahí, y pidan con un dedo “lo que está comiendo ese señor de bigotes, sea lo que sea!”. Sale bien. Los señores de bigotes son de buen comer.
Fachada del mercado. POR FAVOR PASEN ADENTRO!
Cartel de heladería dentro del mercado. A partir de Costa Rica nos acostumbramos varios sabores desconocidos: Horchata, Pitaya, Tamarindo, Cas, Cebada (nada que ver con la birra) entre otros…
El museo de los niños: Creo que me falta vocabulario o ideas para describir este lugar. Fue NUESTRO SUEÑO DE NIÑOS HECHO REALIDAD. Bueno, eso y Disney. Básicamente es un museo hecho para niños en el que NO EXISTE EL CARTEL “PROHIBIDO TOCAR”. Es más, te incitan a que toques TODO. A que juegues con todo. En el mismo encontrás temas variados como prehistoria, historia, civismo, ciencias naturales, leyendas, biología, física, ilusiones ópticas, juegos, un dragón comepesadillas, y quien sabe que más porque no lo pudimos recorrer en su totalidad.
El dragón Comepesadillas. Tanto Chili como yo nos sumamos a los miles de chicos que escribieron sus pesadillas en unos papelitos para que el dragón se las digiera 🙂
Además, cuando fuimos había una exposición de dragones… DRAGONES! Si bien creo que eramos los únicos adultos visitándola, nos convertimos en mitaís en el instante en el que unos caballeros en armadura y con espadas y unas princesas (o magas?) empezaron a contarnos sobre las leyendas de los dragones y su importancia en la mitología tanto de oriente como de occidente, hasta para los indígenas precolombinos.
Con Chili nos animamos a hacer una pequeña representación teatral. En la foto: (1) La Reina Chili, sabiamente unge como caballero a Sir Joseto, el cual jura servirla. (2) Pronto, el poder (y la corona) cegan a Chili! (3) Usando el trono como su base de operaciones el reino se sume en maldad e injusticia!!! (4) Sir Joseto, fiel a sus creencias pero no a su juramento termina atentando contra la Reina Chili. La obra se llama: Una Corona y dos Insensatos con una Cámara
Ron y cerveza en las perfectas noches post lluvia: Coincidió que cuando estábamos allá, había más de 40 voluntarios de la organización de Patch Adams en nuestro hostal. Estos voluntarios salían temprano vestidos de payasos, mimos, bufones… con maquillaje, narices, pelucas, pantalones de colores, TODO. Cada día visitaban algún sitio distinto como por ejemplo: una cárcel de mujeres, un asilo de ancianos, un hospital de niños, etc… Terminamos conociendo a varios y a otros viajeros con quienes compartimos un par de noches de cerveza (carísima) y ron (buenísimo y no tan caro). Patch Adams no me dejó sacarme una foto con el, me dijo: “Estoy teniendo un momento privado con esta señorita…”. Bue, al menos intenté.
Chili cuidando con su vida a sus mascotas de globos y al suave, delicioso, refrescante y rumboso ron Cortez, gran compañero.
Un par de resultados de esas noches: vamos a ir a visitar a Edward a su casa en Phoenix, un payaso profesional retirado en los Estados Unidos (y una de las personas más interesantes y graciosas que hayamos conocido) y tenemos una cita con Henry, un alemán de Alemania (!), en Freising (al norte de Munich) para octubre del año 2040, año en el que la cervecería Weihenstephan cumplirá 1000 años, pues se trata de la cervecería más antigua del mundo. Los detalles de ambos compromisos no están muy claros, pero claro que pensamos honrar ambos compromisos!
Consejo para quien vaya: ES VERDAD LO QUE DICE TODO EL MUNDO SOBRE LAS CALLES. A la gente no le importa los nombres de las calles, o en realidad muchísimas ni si quiera tienen nombre. La gente se maneja por referencias. Ejemplo de dirección de una casa en San José: “Pasando la farmacia Don Bosco, 300 metros al norte dobla en donde hay una señora que vende frescos y sigue 100 metros al este”. Así son las direcciones. Además, esa “farmacia Don Bosco” puede que no exista hace más de 30 años y a pesar de que hoy en ese sitio puede haber, digamos, un minisuper… LE SIGUEN LLAMANDO FARMACIA DON BOSCO PORQUE HACE MIL AÑOS HABÍA UNA #*$& FARMACIA AHÍ. Por lo tanto… los mapas no son tan útiles para pedir ni entender direcciones.
Otro consejo: usen Uber. Los taxis son carísimos. Uber es lo máximo. Uber te amo.
Hay gente que dice que “San José es solo un punto para llegar y luego poder ir a los sitios interesantes de Costa Rica, ahí no hay nada que ver!”. Con Chili estamos en desacuerdo. San José, para nosotros fue un destino en sí mismo. Disfrutamos (y sufrimos) de sus calles empinadas, del sabor de su comida y de conversar con CUALQUIERA pues se caen de buena onda.
Chili tocando a una tica en las peatonales. Supuestamente eso da suerte. O sea… Nadie nos lo dijo, pero lo suponemos entonces le re-tocamos
Tortuguero: Las hermosas, valientes y tiernas tortugas junto al negocio de los tours ecológicos.
El pueblo llamado Tortuguero se encuentra ubicado en una pequeña isla, llamada Tortuguero, que limita en el Este con el mar Caribe y en el Oeste con una laguna que se llama también Tortuguero. Toda esta zona es parte de un parque nacional Costarricense llamado… Tortuguero!
Por que se llama Tortuguero? Porque es uno de los sitios más importantes del mundo de desove para varios tipos de tortugas marinas.
Con Chili, no teníamos idea de todo esto cuando nos fuimos, sino que más bien estilo kamikaze, compramos un tour completo para ir allá debido a la innumerable cantidad de recomendaciones de blogs/mochileros/viajeros/cualquieraconelquehablamos. Más adelante investigamos mejor todo lo anterior y nos emocionamos como correspondía.
Con el tour que tomamos, uno sale de San José temprano (tipo 7 AM), recorre varios microclimas dentro de Costa Rica (montes, bosques nubosos, montañitas, planicies) y termina llegando a un rio llamado Suerte. Finalmente ahí, más o menos a las 12 del medio día te subís a una lancha por unos 40 minutos más para llegar al hotel, que no está en la isla, pero está cerquita. El río en cierto momento deja de tener pasturas para ganado para tener enormes árboles y una vegetación impenetrable, se siente como si estuvieses en el Amazonas o descubriendo el Pantanal. Claro, no existen caminos terrestres para esta zona, o llegás volando o en barco.
Vista desde la lancha camino a nuestro hotel. Esa es la laguna de tortuguero, donde con mucha suerte se pueden ver manatíes
El tour nos llevó a un hotel que se encuentra DENTRO DE LA RESERVA. Sí, así como suena. Básicamente TODO está dentro de la reserva, incluyendo el pueblo como mencionaba anteriormente, por eso deben cumplir con unas normas bastante complicadas de mínima intervención/contaminación humana. A pesar de que compramos el tour más económico (tan solo 168$ por persona ()@#(*)$#*@)(#*(¡!!!!!!!) se trataba de un hotel espectacular, donde eran tan fanáticos por las tortugas que hasta la piscina tenía forma de tortuga.
El hotel contaba con un montón de carteles que decían “no alimente a los animales”. Más adelante descubrimos porque: había monos que se paseaban como en su casa, porque ESTÁBAMOS EN SU CASA. Uno era el invasor y no al revés.
Vista desde el muelle del hotel a pasos de un cartel que indica “Cuidado: Cocodrilos!”
Visitamos el pueblo de Tortuguero, que tiene unos 2 km de largo por unos 500 metros de ancho. El 95% de la gente que vive ahí, vive del turismo, según nuestro guía (un moreno con pelo largo y enrulado AMANTE de los bichos). La playa del lado del mar Caribe es de arena neeegra y las olas son muy fuertes, nos dijeron que podíamos meternos a bañar si queríamos pero que por favor no nos alejemos tanto de la costa, ya que este año ya habían muerto 3 turistas arriesgados. Obviamente, después de tan sugestiva invitación a la playa, decidimos disfrutar de una caminata por el pueblo, sacar fotos, intentar agarrar cangrejos y comer coco en la calle. El mar es para las tortugas por esta zona.
Basurero en forma de tortuga. Reciclan TODO y el pueblo es super limpio
Esa noche por tan solo 30$ más por persona (me quiero morir!) uno podía ver a las tortugas desovar. Claro que pagamos los 30$ más y fuimos como a las nueve de la noche en una operación “comando” a verlas. Queríamos ver a las tortuguitas poniendo sus viscosos huevos en la arena!
- Tengo que admitir que aunque nos resultaron dolorosos los costos… ver a una tortuga de 200 Kg entrar en trance (eso hacen), poner sus huevitos semigelatinosos, camuflar su nido y luego ir de vuelta al mar valió la pena. Aprendimos muchísimo sobre las tortugas, acá van algunas de las cosas que nos enteramos, aunque nunca nos sean de utilidad para nada en la vida:
Las tortugas tardan unos 25 años en poner sus primeros huevos, en ese tiempo básimente se pasean por todos lados, literalmente pueden dar vueltas a la Tierra. Al final, SIEMPRE DESOVAN EN LA MISMA PLAYA DONDE NACIERON. Cómo cuernos saben donde queda la playa? - Solo entre uno y tres de cada mil huevos llegará a ser una tortuga adulta.
- El único depredador terrestre (a parte del hombre) de la tortuga es el jaguar, que cruza el lago nadando (!) y viene a comer tortugas mientras estas están hipnotizadas poniendo huevos. Nuestro guía, cuando describía esto (en realidad cuando descibía cualquier cosa) terminaba su explicación diciendo, con voz porrosa y genuinamente interesada: “Es la naturaleeeeza, mi amigooo”.
- Cuando nos explicaron que las tortugas camuflaban el nido para que mapaches, coatíes y otros bichos no coman sus huevos, yo me imaginé que tapaban así con un poco de arena el enorme agujero que hacen y luego buscaban ramitas, raices o cocos viejos para poner encima, estilo “acá no pasó nada, este enorme agujero en la arena tiene plantitas encima, así que no hay nada que encontrar en él”. En realidad lo que hacen es tapar completamente su gigantesco agujero y hacer OTRO agujero como a un metro y medio o dos del nido. Son unas capas.
- En muchos sitios todavía se comen las tortugas. En Costa Rica, la caza (de cualquier cosa) es ilegal. No se pueden comer tortugas.
Luego de presenciar a la madre naturaleza, personificada en una enorme tortuga que no nos dio ni bola, haciendo su maternal tarea, dormimos hasta las 0430, porque a las 530 aproximadamente partimos para “ver los animales silvestres” y luego caminar por la reserva para “ver más animales en su estado natural”.
Bue… no se como explicar esta parte del tour. Básicamente, uno se va en la lancha e intenta ver una iguana, un yacaré, si tiene suerte un cocodrilo (los hay y son enormes), varios pájaros (algunos con colores), perezosos, hormigas grandes, monos (aulladores, capuchinos y arañas)… y algún otro bicho que haya por ahí.
En general, está bien… pero no se… a mi me pareció sobrevendido. O sea, todo bien con que estén en su estado natural, no estoy diciendo que haya que meterlos en jaulas o zoológicos. Pero para Chili y para mi, pasearnos en barco una hora y media para ver un yacaré o ver una iguana en una rama… y luego pasearnos otra hora caminando en un CAMINERO DE HORMIGÓN EN MEDIO DE UNA JUNGLA QUE FUE DEFORESTADA ANTERIORMENTE (tal cual suena) para ver un perezoso a 40 metros de altura y no saber cual era su cabeza y cual su cola… nos pareció né.
VER PEREZOSOS: (1) Expectativa. (2) Realidad. (3) Resultado
Por lo tanto.
Si quieren ver tortugas, vayan a Tortuguero.
Pero no entren en escuelita como nosotros, vayan por su cuenta, quedensé en uno de los hostalsitos del pueblo y contraten el tour guiado de las tortugas y listo. Van a ahorrarse dinero y tiempo, además, creo que el pueblo vale la pena conocerlo (y disfrutarlo).
Por último, en Nicaragua también hay sitios de desove de tortugas, mucho más baratos y con menor control hacia la invasión humana al “proceso” de desove e incluso también al proceso de nacimiento de las tortuguitas. En Costa Rica uno va vestido de colores oscuros, sin desodorante ni repelente (porque las tortugas tienen buen olfato), no puede llevar NINGÚN TIPO DE CÁMARA (sin excepción) y durante todo el proceso se mantiene un silencio de monasterio. En Nicaragua son un poco más “sueltos”. No digo que sea mejor en Nicaragua, donde por poco y no la abrazás a la tortuga para las selfies, pues no fui y no tengo idea de si se invade demasiado los animales, pero vale la pena investigar…
Imagen de la Virgen de los Ángeles (La Negrita) camino a Tortuguero
De Tortuguero nos llevamos sabores encontrados: nos fascinó el pueblo, nos impresionó el compromiso (actual) con la preservación de lo natural, AMAMOS A LAS TORTUGAS QUE VIMOS (en serio, las queríamos besar y contarles cuentos por las noches) y en general pasamos muy bien con el grupo de personas que fuimos. Por otro lado el costo está sobrecargado, eso le saca sabor a la experiencia y el intento de ver muchos animales que pasaron millones de años mejorando sus camuflajes y maneras de ocultarse, en un par de horas, es un poco… insulso. Creemos que vale la pena ir, pero al pueblo y a las tortugas. El resto, meh.
Kitty says
Joseto, kashiai como escribís. Creo haber leído por ahí que vienen a Oceanía. Avisen y les espero en Australia.
Saludos de un blog amigo.
Joseto says
Hola Kitty, gracias por la invitación ahora le estamos dando una mirada a agarratumochila.com, ESTÁ BUENÍSIMO!!! Vamos a ir a Australia, si todo sale bien, más o menos en un mes. Ahora estamos en Washington y vamos a hacer la visa acá (mañana!). Nos vemos allá, un abrazo y nos tomamos unas birras (o si tenés tereré, mejor!).
Cristi says
lo unico que quiero decir: queeee brazossss chili!!!!!!!
Chili says
la mochila hace milagros! jaja