Estoy en descalzo, en shorts y sin remera en la terraza de un hostal llamado Buena Onda Backpackers, ubicado en una colina a unos 600 metros del centro de San Juan del Sur, provincia de Rivas, Nicaragua.
A mi lado, una cerveza nicaragüense marca “Toña”, helada.
Un poco más abajo, Chili, sentada en una mecedora, creo que está mirando las fotos y los videos.
Ayer llegamos acá y tengo ganas de escribir/describir/recordar lo que se me venga a la cabeza de estas últimas dos semanas: el inicio de Roguatata.
Esta es nuestra vista del atardecer desde el bar del hostal en San Juan del Sur – Nicaragua. La cerveza helada no entró en el cuadro
Inicio de Roguatata
Arrancamos Roguatata al despedirnos de nuestros amigos en el aeropuerto de Punta Cana. La idea inicial fue ir a pasar una semana entre 3 parejas a un resort all inclusive, para cargar pilas y desestresarnos (!!!). Luego, como teníamos comprados los pasajes Punta Cana – Ciudad de Panamá – Asunción, subirnos con ellos (nuestros amigos) en el avión hasta Panamá, ahí bajarnos y despedirnos de ellos por 18 meses.
Última foto en nuestra pieza paradisiaca. Chau all inclusive. Hola mochilerismo.
El destino quiso que no vayamos a Panamá. Por eso envió a Copa Airlines (el villano de la película) a decirnos que no podíamos subir al avión si bajábamos en Panamá, pues el pasaje era hasta Asunción y solo hasta Asunción y no había caso luego. Y bue… La única solución para ir en ese avión: pagar 780$ por persona, que sería el costo del pasaje solo hasta Panamá.
Resultado: Hola Santo Domingo!!! Siempre te quise conocer!!!
Así, empezó Roguatata, ya alterando todos los planes en su primer día.
Santo Domingo por accidente
Con Chili nos habíamos pasado estudiando la historia de Panamá, que ver en el país, habíamos hecho una minilista de cosas que queríamos hacer… Incluso teníamos a una amiga vaqueana, Zaida, que nos buscaría del aeropuerto, nos iba a recibir (gratis!) en su casa y ya nos había prometido unas cervezas heladas en la noche panameña (Gracias aunque no pudo ser!!). Todo se fue al cuerno por culpa de Copa Airlines y sus políticas né (cue cue cue cueeeeee!).
Así, llegamos a Santo Domingo a la tardecita, con una lluvia que duró exactamente desde que nos bajamos del “Expresso Bávaro” (micro Punta Cana – Santo Domingo), hasta que llegamos al hostal Santo Domingo B&B.
Obvio que fuimos caminando y nos mojamos bastante.
La ciudad tiene ese aire “pachá” que tienen las ciudades caribeñas sobre el mar. Creo que la manera de describirlo sería algo así: la gente sonríe todo debalde, camina a velocidad de hombre paraguayo del campo y grita mucho (pero de manera amable y riéndose). Es como que si no hablás por encima de los 45 decibeles nadie te escucha.
Nos quedamos pocos días, no sé por qué… quizás sentíamos urgencia en continuar con “el plan”.
Vereda cercana a la zona colonial, a cuadras del Parque de la Independencia
Encontramos distintos ecosistemas en la ciudad: una zona lujosísima tipo Santa Teresa multiplicada por 40, llena de edificios, con autos carísimos en cada semáforo. Otro barrio, llamado “Zona Colonial”, donde obviamente se encuentran los edificios más antiguos, plagada de turistas y con precios altos para todo. Otra zona, que le bautizamos como el mercado/barrio chino/quilombo de gente. En la que te venden DE TODO, en las tiendas, en las casas, en las veredas, en la calle. Es genial, te sentís como en casa. Por último, zonas mixtas, como por ejemplo donde estaba nuestro hostal: mezcla de locales y casas de una planta, a cuadras del “Malecón”, que es como por acá llaman a su costanera.
Plaza en la barrio Piantini. Hacían unos 600° de calor. A la izquierda uno de los cientos de porshes que vimos por esa zona. También podrían haber sido 5 nomás, de distintos colores, que daban vuelta por el barrio
Lo que quiero recalcar: LA AMABILIDAD Y SIMPATÍA DE LA GENTE.
Estas personas tienen una necesidad de ayudar, de hacer que nosotros (los equis, a quienes nunca más van a ver) se sientan cómodos, mejor que en casa, seguros, tranquilos. Nos ayudaron varias veces, sin pedir nada a cambio, solamente por placer. Nos contaron acerca de las costumbres, de como ahorrar en comida o transporte, de que ver, de todo. Gente de Santo Domingo 10/10 Felicitado!
Algo que nos llamó la atención: no vimos gente “blanca” caminando ni atendiendo en los locales. La única gente blanca que vimos fue en su “zona tipo Sta. Teresa”, manejando o en el shopping que visitamos en ese mismo barrio. El resto de las personas, en toda la ciudad, eran como mínimo de color Joseto.
Por último, como saben dar direcciones estas personas, che. Te explican como si tuviesen un gps incorporado al cerebro. Y te cuentan a donde tenés que ir tan bien que parece que te lo hubiesen trasmitido de manera telepática.
Alejandro, que nos preparó unas ensaladas de frutas. No se porqué quiere apuñalar a las pobres frutas que no le hicieron nada malo. Encima ya las había cortado en pedacitos
Andando y comiendo…
La logística es sencilla: hay montones de hoteles y hostales, también cajeros automáticos y bancos, por último, el sistema de transporte público, que en realidad está totalmente privatizado y compuesto de lo siguiente:
- Micros “expressos” que conectan entre ciudades. Son de medianos a grandes. Ir de Punta Cana a Santo Domingo (unas 4 horas) nos costó 9,5$ por persona.
- Gua guas: Micros pequeños o Vans hechas polvo que se mueven por toda la ciudad. El precio varía según que tan largo sea el viaje, desde 0,5$ hasta 1,5$ (hasta el aeropuerto). Constan con la siguiente tripulación: un chofer y un gritador que va silvando e invitando a la gente a que se suba a la gua gua a gritos. Tomamos varias, eran baratas, cómodas y rápidas. Además, da gusto decir “Gua gua”.
- Taxis: Los hay desde los que son “legales” hasta los que son totalmente ratas. Siempre te conviene negociar el precio por adelantado. No nos subimos a ninguno, por más que preguntamos varios precios, preferimos las gua gua.
- Carros: Vienen a ser como las gua guas, pero son autos compartidos. No vimos ninguno que tenga todas las luces o las ventanas. Tampoco vimos ninguno que no esté chocado. Hasta vimos uno cuyo parabrisas estaba roto, el chofer manejaba sacando la cabeza por la ventana. Miedo.
- Moto taxis: Tampoco las usamos, pero tenían pinta de ser bien rápidas.
En la foto un carro (1), de los más lindos. Un taxi (2) de los que nunca usamos. Una gua gua (3), nuestras preferidas. El de verde es el “gritador”. Varios mototaxis (4) esperando a clientes en el barrio chino
El tránsito es una suerte de ANARQUÍA QUE FUNCIONA. La cantidad de vehículos solo rivaliza con la velocidad de los mismos y el volumen de sus bocinas. Eso sí, estamos convencidos con Chili de que uno de los atributos más importantes para los dominicanos en sus vehículos es la potencia de sus bocinas. El vendedor de autos tendría un discurso de ventas así: “Este es el nuevo Fusca, equipado con todo, aire acondicionado, ventanas eléctricas y bocina de camión Scania. La bocina ha sido testada y rompe copas de cristal hasta a 250 metros de distancia!”. Vendido!
Aman sus bocinas. Las tocan para todo. Para piropear. Para levantar pasajeros. Para avisarte que no van a frenar. Para saludarse entre ellos. Para putearse. Para recordarse que funcionan.
Con respecto a las comidas, en la calle se destacan los “picapollos” y los “colmados” que tienen cosas para comer. En ambos se sirven menús completos de arroz (ya sea blanco, chino o criollo), frijoles, algún tipo de carne, plátanos y ensalada. Pueden incluir o no la bebida por unos 3$ por cabeza.
Solo dos palabras: LOS PICAPOLLOS SON DELICIOSOS.
Fueron 4 palabras, pero da igual.
Se nos ocurrío comer en la calle una ensalada de frutas, que por 2$ fue tan abundante, fresca, sabrosa y dulce (la “regaban” con miel de abeja!) que ese día merendamos y cenamos ensalada de frutas.
Un plátano. No es una banana. Se come mucho en todo el caribe. Da pavor
El problema consiste en cómo salir de la isla de manera barata: es bastante difícil.
Terminamos consiguiendo comprar unos pasajes a San José, Costa Rica, por 213$ cada uno de pura suerte. Estabamos caminando por el Malecón cuando vimos un cartel de Lufthansa y Cóndor (dos compañías aéreas alemanas), preguntamos ahí… y abracadabra, pasajes para salir de la isla por menos de 220$.
Que vimos en Santo Domingo…
A pesar de solo quedarnos dos noches esto es lo que vimos, aplanando la ciudad:
- La zona colonial que está llena de turistas (como nosotros). Un guardia nos permitió subir a a ver su Altar de la Patria (que sería su Panteón de los héroes) desde arriba aunque estaba prohibido. A metros se encuentra la primera puerta de la ciudad, construida en 1543! Se llama Puerta de la Misericordia. Visitamos varios edificios de la era colonial, muy lindos, pero sin mayores atractivos para nosotros. La catedral la vimos desde afuera, no tuvimos ganas de pagar la entrada.
- El parque botánico de Santo Domingo. No lo llegamos a visitar, pero caminar más de 15 km para llegar, perdernos por el camino, tomar una guagua en el mercado, etc… fue una de las mejores aventuras hasta ahora.
Frase de uno de los “fundadores” de República Dominicana, en la zona colonial
- El mercado chino de los domingos. Una calle llena de… TODO. Desde bichos de mar, pasando por plantas raras, frutas exóticas (para nosotros), hasta pollos y patos vivos que los matan, carnean y despluman ahí mismo cuando los comprás. Ahí probamos por primera vez el “jugo de Jamaica”, hecho de los cálices de una flor llamada “Flor de Jamaica”. MEGA REFRESCANTE. También comimos los mejores arrolladitos primavera del mundo mundial.
- La comida en la calle: los colmados, las ensaladas de frutas y los picapollos: De lo mejor. Pasen. Vean. Coman. Hablen con la gente.
- El Malecón: Una costanera enorme, con un aire que describiría como tradicional/festivo y con muchos negocios de comida, accesibles y con el mar enfrente. Recomendado también.
- El obelisco Macho. Uno de los pocos ornamentos de la ciudad que quedan de la dictadura de León Trujillo, hoy pintado con símbolos de libertad y con las mariposas que representan a las hermanas Mirabal (Patria, Maria Teresa y Minerva).
El obelísco Macho. Trujillo lo construyó y lo inauguró cuando cambió el nombre de la ciudad a “Ciudad Trujillo”. Hoy intenta personificar todo lo opuesto: Libertad, colores, Mariposas…
- La zona del mercado (hacia el parque Enriquillo). Tomen el mercado 4. Elévenlo al cuadrado y súmenle el mercado de Abasto + la manera de manejar de Ciudad del Este. Caos total. Genial.
- La Calle Lincoln (sería su zona tipo Sta Teresa): hermosísima, ordenada, limpia. Otro mundo en comparación al punto anterior.
- El Museo de Ámbar “Amber World Museum”: un sitio donde aprendimos de todo acerca de esta cosa orgánica (¿?) (no es una piedra), a la que se trata como una piedra semipreciosa. Rca. Dominicana es uno de los sitios con ámbar más variado del mundo, por lo tanto, de pura suerte, nos encontramos con una verdadera joya caminando por la zona colonial.
Mercado de ropa y zapatos, con un millón de gente gritando, todo bajo un viaducto. Un vendedor se sienta en el centro, grita cosas, 50 transeuntes revisan su mercancía al mismo tiempo, gritan cosas y tiran las ropas o zapatos del tipo, a veces compran. En paralelo, las gua guas con sus gritadores y las bocinas omnipresentes. La foto no hace el mínimo de justicia al desorden total de la zona
La travesía al aeropuerto merece un aparte
El avión partía a las 03:30 del lunes 22/08, de Santo Domingo a San José. Ese domingo, de mañana nos preparamos unos sanguches, compramos agua y jugo de Jamaica para llevar al aeropuerto y no comprar comida “a precio de aeropuerto”. Para ahorrarnos unos 25$ decidimos tomar una gua gua hasta el mercado Enriquillo y otra hasta el aeropuerto, luego debíamos caminar “más o menos un km hasta el aeropuerto”, según nos habían explicado.
Con TODO a cuestas y la comida para la merienda + noche fuimos a tomar nuestra primera gua gua. Preguntando en una estación de servicio cual nos convenía un chico llamado Santiago se ofreció a llevarnos hasta el parque Enriquillo en su auto (resultó ser contador y tener toda la onda). Una vez más, la hospitalidad dominicana en acción. Luego de ese regalo, ya nos subimos a la gua gua aeropuertera, la cual nos dejó en medio de la nada.
En ese lugar, conocido como “medio de la nada” fuimos abordados por mototaxis (que no tengo idea de como querían llevar nuestras mochilas). Rechazamos todas las ofertas de transporte con sendos “Gracias, vaia con Dí-os”. Con bastante mala onda, nos avisaron que caminaríamos unos 5 km por zonas llenas de “ladrones de lentes oscuros que asaltan saliendo de las playas”. Terminaron siendo 2,5 km los que caminamos, pero debo admitir que estuvimos relativamente/bastante ALERTAS, porque pensábamos que en cualquier momento podría aparecer un mitaí con lente hu, fusil de guerra en mano, a sacarnos nuestras mochilas/casas. Eran tan solo las 16 hs y no pasó nada. Eso sí, nos chupamos unas 10 horas en el aeropuerto, tiempo que usamos para ordenar las fotos y escribir el post Lo más importante.
Llegando al aeropuerto sin tener que demostrar nuestros conocimientos de karate callejero
Y así, nos despedimos de Rca Dominicana.
Gracias a la “maldad” de Copa airlines que nos obligó a conocer Santo Domingo, tuvimos la oportunidad de ver más allá de la burbuja hotelera de Punta Cana: sentir a su gente amabilisisisisima, gritona y sin el entrenamiento lavacerebros de los hoteles, degustar los fantásticos picapollos, perdernos en la zona colonial, buscar el fucking botánico (y nunca llegar!) y sentir, en la piel, que está aventura ya comenzó. 🙂
Joseto enseñando buenos modales a un león en el barrio chino (que más bien es una calle china, no llega a barrio). En la foto: (1) Mostrando a la fiera quien es el jefe. El rey de la selva, ante la astuta mirada de Joseto, se amansa. (2) Joseto, arriesgando su vida, introduce la cabeza en las ígneas fauces del félido. (3) Finalmente, la bestia, ya tranquila recibe mimitos de recompensa por parte de su valiente conquistador
Clara Rosa says
mmme!!!!
quiereo a Santo Domingo. Me encanto
Pupi Rivarola says
Sensacional relato!!!!!
Leti Calabró says
Que linda aventura! !! Cuidense mucho chicos !!!!
Christian Baertschi says
Genios JT y chili! Saludos!!
cocinero says
tu forma de escribir y describir simplemente divertido! que mucho me reí!lo mejor es que mentalmente les podía ver a ambos caminando por Santo Domingo y sobretodo vos JT con esa buena onda!
Cristina says
ahoa siii su viaje ya arranco!!! buenos vientos chicosss!!el relato muy bueno!! datos importantes.. ahora se que voy a tomar una gua guas !
Francisco Benítez says
Excelente relato, me han transportado a Santo Domingo, América Latina, África y Oriente transpiran cordialidad y hospitalidad.
Maria says
Me encanto la parte de los Mita’i con lente hū jajajajajaj
Viajo con ustedes al leerlos!