Como decidimos viajar 18 meses de mochileros.

Quien se espere una planilla con pros y contras, un estudio detallado de las riesgos y beneficios perseguidos, ere erea, se va a llevar una enorme decepción.

El año pasado, con 33 años, Chili y yo estábamos discutiendo la idea de tener un hijo.

En ese momento, el “viaje alrededor del mundo” salió del cajón de los “sueños infantiles que no se pueden cumplir”, y lo pusimos sobre la mesa.

Fue algo así:

• Chili: Amor, te gustó lo que te envié de los tipos que vendieron todo y se fueron a recorrer el mundo con su gato?
• Joseto: Sí, vi, es la segunda vez que me envias algo así en una semana! Vos querés hacer eso?
• C: Y… pegaría. Claro.
• JT: Pero si le metemos que pasaría con lo de Micho (Observación: le llamamos Micho al hijo o hija que todavía no tenemos, viene de “Michorizo”, sustantivo utilizado para describir de todo entre los hermanos Arriola).
• C: Y… Micho va a seguir ahí, podemos tener cuando volvamos. Pero… eso se puede hacer? Digo, lo de viajar así, nosotros podemos hacerlo?
• JT: Sí, podemos, en serio. Si queremos irnos, podemos irnos! O sea, pensá nomás: El trabajo? Va a seguir acá, o sea, algún trabajo vamos a tener cuando volvamos. Las cosas? Vendemos todo, vendemos los autos, regalamos otras cosas, guardamos lo que no queremos dar. Al volver compramos nomás de vuelta otras cosas. Y el estar un año afuera… todo va a seguir acá cuando volvamos, nuestra familia, nuestros amigos, todo. Y el tema de la plata: ahorramos, liquidamos nuestros ahorros, con la venta de los autos ya vamos a tener un pedazo. No es tan caro.

(tensos segundos de silencio)

• C: Si vos te vas, yo me voy.
• JT: Vamos!
• C: Pero… si decidimos esto, ya no hablamos más del “NO”, no hablamos más de “No irnos”, solo vamos para adelante.
• JT: Vamos amor!
• C: Vamos? Vamos!
• JT: Vamos!

Algo así fue la conversa. Aproximadamente un 20 de julio de 2015 decidimos esto: desempolvar un sueño y ver como lo hacíamos realidad. En negritas las dos frases más importantes para mí.

Una vez que decidimos hacerlo, la lista de cosas que hacer y los astros parece que se alinearon para que nos vayamos. Empezamos a contarle a todo el mundo que nos íbamos (así ya no teníamos vuelta atrás), a investigar en blogs y youtube sobre cosas que hay que saber para viajar, a ahorrar, a comprar cosas pensando en el viaje y no en quedarnos, vendimos muchos portones, etc.

Una vez leí que no conviene tardar tanto en tomar una decisión, que es mejor tomarlas relativamente rápido. Pero una vez tomada la decisión, mantenerla. Siento que con Chili hicimos eso. En una sentada, mate para mi, agua para ella, decidimos posponerlo a Micho, dejar todo en pausa y pasearnos. Y nos casamos con la decisión.

Hoy estamos a una semana de viajar y Chili me dice todos los días: Ahora recién caigo en lo que estamos haciendo… Yo le hincho, le digo que me va a aguantar UN AÑO Y MEDIO! (Merece una medalla de la ONU por eso). Sin embargo, también estoy ansioso/entusiasmado/curioso/acelerado/nervioso. Que le vamos a hacer, las cosas que en serio nos importan nos ponen un poco así, me imagino.