Porque nos vamos…

Chili y Joseto propiciando un megabrindis de shots tequilosos

Es una pregunta válida y nos la hicieron bastante…

Aunque, creo que respondí cosas como:

– es un sueño que tenemos con Chili

– porque es el momento, ahora o nunca

– por que no?

– por que dijimos el hijo o el viaje? Y… decidimos hacer el viaje jajajajaja.

– porque nos encanta viajar.

– porque queremos ver el mundo y ponernos en contacto con otras culturas, dormir en cuevas húmedas, vivir sin bañarnos, abrazar osos y comer insectos momificados.

– porque vimos muchas fotos de lugares hermosísimos y queremos verlos con nuestros propios ojos.

– porque queremos ver que somos capaces.

– me repite la pregunta, por favor?

– … y algunas otras respuestas según mi estado de ánimo, apuro, contexto y alcohol presente en la sangre.

Hablando en serio, creo que las verdaderas razones por las que nos vamos son las siguientes:

– Por que queremos.

– Por que podemos.

Ahora me relamo de ganas de responder la pregunta que no se hizo, la que pocas veces me hacen. Esa pregunta que considero más interesante, más linda, más abierta, que me invita a desnudar lo que tengo adentro, a intentar poner en palabras los cientos de imágenes, ideas, sueños, anécdotas que me imagino cuando me encuentro viajando sentado: Para que se van?

Wow… tantas respuestas.

Vamos para conocer. Para conocernos.

Vamos para sentir, con todos los sentidos, de manera distinta.

Vamos para ver con otros lentes, para escuchar otras músicas, otros ritmos, otras voces, para tocar nuevas cosas, nueva gente, para olfatear quiensabeque, y claro, para probar sabores que se nos graben entre los dientes.

Vamos para ver correr el tiempo a otra velocidad.

Vamos para aprendernos. Conocernos. Mirarnos. Pensarnos. Repensarnos. Imaginarnos. Pausarnos. Divertirnos. Saludarnos. Saborearnos. Guiñarnos. Entristecernos. Aceptarnos. Liberarnos. Caminarnos. Preguntarnos. Escucharnos. Amarnos.

Estoy consciente de que todo eso… y más, lo podemos hacer acá. Es más, estoy seguro que hay mucha gente que lo hace, en su día a día. Pero, para nosotros, este viaje es eso. Es una pausa, una declaración, un Canto en voz alta… es mucho más que estar acá o allá o en otro lado. Es una demostración, a mí mismo, visible, palpable, de que vale la pena soñar en grande y correr riesgos. Dos cosas, que, con bastante vergüenza, admito que no me son nada fáciles. Para eso también viajamos.

Ahora que miro un poquitito este artículo y pienso en lo que queremos hacer con el blog… veo también que Roguatata me invita a estar en silencio. En un silencio en el que pocas veces estoy.

Me invita a escribir. A hacer esto. En parte, creo, que para eso viajamos también.

Veo que decidir, planificar, no planificar, ahorrar, en resumen irnos por el mundo me lleva a decir “Te quiero” con más frecuencia.

En serio. Creo que desde que decidí viajar, nadie se salva de que le diga Te Quiero en algún momento. No se trata de fatalismo. Se trata, de que quiero que sepan que los quiero (punto).

Por último, me imagino extrañando, con un techagaú estúpido, un montón de cosas: el fútbol con los muchachos, el asado, mi sofá, mi conejo Maxi, el locro cumpleañero, viajar al campo, el mate y el tereré… y por sobre todo, la gente. La gente que amo y que se me queda. Pero, eso también quiero. Quiero extrañar, quererles a distancia, desear verles, desear comer un asado, una chipa guazú. Para eso también viajo.

Esperamos alguna iluminación mística y entender el sentido de la vida en el viaje? No. Para nada. Para naaaada luego.

“Entonces? Que lo que decís con todas tus cosas de más arriba? Que lo que tanto querés conocer? Por que lo que viajan al final? Para que lo que viajan? Dejá de divagarte y decí bien ya!”

Bueno, bueno… ya ya ya, guapo guapo guapo.

En resumen: Viajamos para conocer y para conocernos, de primera mano, no de oído. Eso es todo.